Alberto Fabra se envolvió en la bandera de la transparencia y de la lucha contra la corrupción como única alternativa, cuando todavía restan dos años y medio de legislatura, para intentar levantar la imagen del PP de la Comunidad, carcomida por las investigaciones judiciales y por la gestión del Consell. Durante la reunión de su comité ejecutivo regional, Fabra dejó claro que, en estos momentos, la cúpula popular debe marcarse el objetivo de intentar levantar el vuelo para llegar a 2015 con ciertas opciones de éxito electoral y para ello, vino a decir, la gestión en las instituciones tiene que ajustarse a criterios de honestidad y ejemplaridad. No hay otro camino.

"Podemos equivocarnos. La gente podrá entender que cometamos un error pero no que alguien meta la mano", subrayó Fabra a puerta cerrada, como apuntaron varias fuentes, en una convocatoria marcada por el estallido del caso Bárcenas, el antiguo tesorero del PP que habría repartido sobres entre altos cargos de la cúpula popular con sobresueldos en dinero negro.

En un ambiente de indignación a raíz de la complicadísima situación interna, Fabra admitió las dificultades, el desgaste del PP y cerró filas con la doble auditoría -una interna y otra externa, que se extenderán también a las organizaciones territoriales- ordenada por Rajoy para intentar depurar responsabilidades. Tras recordar que el PP de la Comunidad hizo en su día los "deberes" cuando revisó sus balances obligado por el caso Gürtel, el jefe del Consell se sumó la tesis de Génova -"el que la hace la paga", directriz marcada por María Dolores de Cospedal- e insistió en la exigencia de "ejemplaridad", el concepto que Fabra viene acuñando desde que hace ahora un año defendió en el congreso del PP celebrado en Sevilla el decálogo interno para intentar hacer frente a las investigaciones por corrupción. La visión que trasladó el jefe del Consell a los notables del PP es que, en estos momentos, los ciudadanos no renovarán su confianza en ningún partido que no sea capaz de apartar a los implicados en corrupción de sus filas. Concepto de "tolerancia cero" y de "contundencia" con los cargos implicados en esas investigaciones judiciales.

En todo caso, el discurso de Fabra, como reconocieron fuentes del PP, tiene un recorrido limitado. Dentro de una semana, cuando arranque el periodo de sesiones en las Cortes, el grupo parlamentario popular volverá a escenificar una imagen que, a día de hoy, aún arrastra nueve imputados en investigaciones por corrupción. La "patata caliente" de las Cortes atenaza a Fabra que, además, tuvo que escuchar al alcaldes -como el de Paterna- preguntando por los sobresueldos de los diputados autonómicos; y a otros -caso de los primeros ediles de Gandía y Carlet- reclamando al resto de notables del PP que "no se arruguen" ante la que se les viene todavía encima.

Diferencias en la declaración de rentas

Los diputados de las Cortes Valencianas no tienen que declarar sus ingresos efectivos, al igual que los altos cargos del Ejecutivo autonómico, a diferencia de lo que sucede con parlamentos como Castilla-La Mancha y, en menor medida, en las Cortes Generales. Los populares se han negado en redondo desde hace años a que estos datos sean públicos, probablemente para evitar que salieran a la luz los pluses del grupo.

Castilla-La Mancha es, a años luz, la autonomía más transparente. Fue en tiempos del expresidente socialista José Bono cuando se introdujo una regulación que obliga a diputados y altos cargos a declarar sus rentas efectivas. Y a hacerlas públicas en el diario oficial. Informa J. García