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"Volver a España sería una locura"

El alicantino Noé Pina se trasladó hace dos años a Argentina, tierra natal de su mujer, para buscar oportunidades en la montaña

"Volver a España sería una locura"

Noé Pina (Alicante, 1977) trabajaba como jefe de almacén en el hospital de Dénia. "Un día, mi jefe me dijo: 'O aceptas la reducción de sueldo o te despedimos'. Y a eso le sumamos que ya hacía tiempo que no pagaban las horas extras, y hacíamos bastantes", explica el joven, que ahora trabaja como rescatista en la Patagonia. A esa situación laboral de 2009 había que sumarle la imposibilidad de su pareja, una argentina ingeniera Forestal, para encontrar un empleo. "Mi mujer, María del Mar, llevaba más de un año en paro. Ella estuvo trabajando como técnica forestal en control y prevención de incendios forestales, pero, junto a otras cuatro compañeras más, se quedó en la calle".

Ante ese panorama, la pareja se planteó a principio del año 2011 emigrar a Argentina, a la zona de Bariloche, donde reside la familia de María del Mar. "Sabíamos que en esta zona del país íbamos a encontrar trabajo seguro porque hay mucha montaña, y además contábamos con el apoyo de su familia", explica Noé, que admite que un día se aburrieron de España: "Estaba cansando de que me explotaran. Yo trabajaba muchísimo y no veía un duro por las horas extras y mi mujer, mientras tanto, esperaba en casa. Pensando en esa época, recuerdo una oferta de trabajo. Buscaban ingenieros forestales con un máster específico, que supieran un inglés fluido... Y todo eso por 1.000 euros al mes. Se presentaron decenas de personas y ahí lo vimos claro: mucha competencia para poco salario".

En Argentina, con sus respectivas profesiones, todo iba a ser más sencillo. Y así fue. "Enseguida encontré trabajo como profesor de esquí y como guía de rafting. Y ahora soy bombero forestal y rescatista de montaña, contratado por el Estado. Me gusta mi trabajo y tengo estabilidad laboral", asegura Noé, quien admite que su familia no llevó del todo bien el cambio de residencia de la pareja: "Tardé tiempo en decírselo a mis padres, no quería disgustarles, pero al final lo entendieron. Aunque les duele, ahora nos ven bien y se alegran". Los amigos, dice, "es otra cosa". "Lo llevan mejor. Pero aunque aquí haces nuevos amigos, no es lo mismo", añade Noé.

De su llegada a Argentina recuerda la erupción del volcán Puyehue. "Está en Chile, pero a escasos 60 kilómetros de aquí. Fue increíble, todo se llenó de ceniza y estuvimos meses limpiando", explica el actual rescatista, para quien la adaptación a su nueva residencia ha sido fluida: "Todo es bastante parecido, aunque todavía estoy aprendiendo palabras que pese a que son iguales significan cosas distintas". De esa nueva vida, en plena naturaleza, Noé destaca las viviendas que se llevan: "Aquí todo el mundo vive en casa con jardín, algo que sería todo un lujo en España. En esta zona la tierra es más barata".

Con todo, recuerda con cierta añoranza su vida en Alicante, y no sólo por la familia y amigos. "Se echa en falta el sol y tener ciudades cercanas. Aquí, en 200 kilómetros a la redonda, estamos solamente rodeados de montañas".

Noé, que recuerda con añoranza los periodos vacaciones de España -"aquí hay muy pocos días"-, admite la rabia que siente con la situación que atraviesa su país. "Los trabajadores son los que están pagando el enriquecimiento de banqueros, políticos y constructoras", explica el alicantino, quien añade que, en la actualidad, tiene a varios conocidos con la maleta de emigrante por Europa: "De mis amigos, tres están fuera. Uno trabaja en Munich y tres en Londres... ¡Y los que quedan todavía en Alicante están rezando para que no les toque irse al paro! Nosotros queremos volver a España, pero no tenemos fecha. Regresar ahora sería una locura".

"Los argentinos me preguntan cómo son las crisis allá, en España, si son tan malas"

El alicantino Noé no llegó solo a Bariloche. Lo hizo en compañía de su mujer, la argentina María del Mar. La joven de 33 años, ingeniera forestal de profesión, reconoce que de Alicante lo que más echa de menos son las gambas. "Soy adicta y acá no hay. También echo de menos las cañas y el agua calentita del Mediterráneo", señala. Al contrario, sobre qué extrañaba de Argentina en su etapa en Alicante, admite que "además de la familia, las montañas nevadas y los bosques".

Respecto a su profesión en España, María del Mar explica que en Alicante "no hay nada que hacer". "Quizá en los Pirineos o Galicia, pero es muy complicado. Te pagan lo que quieren y no reconocen el título", añade la argentina.

Maria del Mar, que regresó hace dos años a su país, afirma que sus compatriotas se interesan por España. "Me preguntan cómo son las crisis allá, si realmente son tan malas comparando con las de acá".

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