El radar de la avenida de la Universidad se prepara para salir otra vez de «cacería» tras siete meses de letargo forzado. El Ayuntamiento de Alicante ultima la puesta en marcha en julio de este dispositivo, que desde el pasado mes de diciembre ha permanecido fuera de servicio debido a un accidente de tráfico. Se trata del radar que más multas pone en Alicante junto con el ubicado en la avenida de Dénia, instalados ambos en mayo de 2012.

El detector de velocidad está previsto que entre en funcionamiento a finales de este mes, una vez haya finalizado el proceso de homologación. Hace varias semanas que el radar se volvió a instalar llamando la atención de los conductores, que volvían a frenar al pasar ante él junto al cuartel de Rabasa -donde no se pueden rebasar los 50 km/h-, pero aún no está operativo por la tramitación que se requiere para certificar que funciona correctamente.

Fuentes de la concejalía de Tráfico explicaron que debido al accidente en el que un coche se llevó por delante el dispositivo, el báculo y la cabina quedaron «siniestro total», mientras que en cambio el equipo estaba en buenas condiciones y se ha podido salvar. Por ello el dispositivo fue verificado por el fabricante en Madrid y se ha vuelto a instalar con un nuevo báculo y cabina que han costado 12.000 euros, dinero sufragado por la aseguradora del vehículo que causó el destrozo.

A principios de junio se realizó una revisión en laboratorio a cargo de técnicos del Centro Español de Metrología (CEM), dependiente del Ministerio de Industria, que son los responsables de homologar el dispositivo, y en los próximos días está previsto que realicen otra revisión in situ, por lo que si no hay problemas se espera que el radar vuelva a estar en funcionamiento a finales de julio.

Hay que recordar que este dispositivo, junto con otros tres más, fueron instalados por el Ayuntamiento en el casco urbano en mayo de 2012. En tan solo dos meses impusieron 10.000 multas, que se concentraban en los radares de las avenidas de la Universidad y de Dénia. Esas sanciones se tradujeron en al menos dos millones de euros.

En concreto, el aparato que se está reponiendo se encuentra en la confluencia de la avenida de la Universidad con la calle Fortuny, por donde se accede a una zona comercial e industrial. Por este radar -que sólo controla la velocidad de los vehículos que entran a la capital- pasa una gran cantidad de tráfico cada día ya que es uno de los principales accesos a Alicante desde la UA, San Vicente, la A-70 y la A-7. Este emplazamiento buscaba bajar la velocidad en este punto conflictivo y reducir la siniestralidad, y el radar puede llegar a superar los 20.000 euros al día de recaudación en multas, para alegría de las arcas municipales.

Cuidado conductores, el radar de Rabasa sale este mes de su hibernación y está hambriento.