Hoteleros y hosteleros de la Costa Blanca confían en que la ligera recuperación de la economía -al menos las noticias no son tan dramáticas como hace unos meses- y la contención de los precios hagan posible que la próxima Semana Santa, primer test de la temporada, sea buena. Aunque sea pronto para cerrar datos sobre ocupación, Benidorm no duda de que llenará desde el Jueves Santo y Alicante también espera niveles aceptables. De hecho, el pasado febrero, cénit de la temporada baja, no acabó mal. Los hoteles registraron una ocupación media del 49%, siete puntos más que en el mismo mes de 2013. Los fines de semana están siendo buenos.