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Las monjas de Santa Faz, con los pies en la tierra

Las clarisas rezan por los más afectados por la crisis y les preocupa el terrorismo integrista

Las monjas de Santa Faz, con los pies en la tierra

«Ante todo somos una comunidad de monjas contemplativas. Esto quiere decir que nuestra razón de ser es la vida de oración», explican en su página web las religiosas de Santa Faz, de la orden de Santa Clara, que desde hace casi 500 años tienen encomendado el cuidado y protección de la Reliquia alicantina. Unos rezos que, añaden, tienen por objetivo «todos esos hermanos nuestros de cualquier raza o lugar que viven cada día, y a veces muy intensamente, la pasión de Cristo, como los enfermos, los que sufren la violencia de la guerra o del terrorismo, los emigrantes, los sin techo, los que no tienen el pan para cada día, los ancianos, los que viven en soledad, los drogadictos y todo ese largo etcétera de miserias humanas».

Esos rezos van dirigidos especialmente a las víctimas de los atentados. Las religiosas están especialmente preocupadas con el avance del terrorismo yihadista, según reconoció una de ellas y corroboró una persona que colabora con la comunidad. «Ahora están muy implicadas, rezando por todo el problema del terrorismo que se está organizando. Cuando hablo con ellas me preguntan, se interesan. Están escandalizadas».

Pasado mañana, día de la Peregrina, vivirán uno de los momentos más intensos del año con la visita de miles de alicantinos. Es el día más «social» para ellas puesto que atenderán la tienda del monasterio a la que irán muchos romeros a buscar recuerdos. «Están muy ilusionadas porque es una tradición que se mantiene desde hace siglos y el pueblo de Alicante se vuelca, pero les gustaría que la Reliquia estuviera más acompañada el resto del año porque está muy sola en el camarín. Les encantaría que los alicantinos la sintieran todo el año, y recuperar la tradición de ir a Santa Faz el Viernes Santo, que se mantuvo de padres a hijos durante generaciones. «Ahora se acercan los vecinos del caserío y poco más», explican desde el entorno de las monjas de clausura.

«Nos mantenemos bastante bien, gracias a Dios, Él no nos abandona. Tenemos una chica nueva (es de Elche) haciendo la experiencia de la clausura para ver si le gusta o no, y tranquilas, mirando la proximidad de la Peregrina, y aprendiendo a organizar las cosas mejor», apunta una de las hermanas que viven en el convento, que en septiembre eligió a Sor Expiración madre superiora en una segunda etapa, en sustitución de Sor María Clara, quien estuvo tres años al frente. Las monjitas buscan nuevas vocaciones para compartir la vida de clausura en un monasterio en el que hace medio siglo vivían 50 hermanas. Ahora son diez tras el fallecimiento de dos religiosas en 2013 y la decisión de una más de dejar los hábitos.

Entre las tradiciones que les gustaría recuperar está la costumbre que tenían antes las alicantinas que se iban a casar de llevar huevos a las monjas para que no lloviera el día de la boda. Incluso hacer bombones o algún tipo de dulce como en otros conventos si entraran nuevas vocaciones ya que ahora las diez que hay se reparten el trabajo de mantener el convento, de grandes dimensiones, la limpieza, el huerto y atender a las hermanas que están enfermas.

Las religiosas de Santa Faz sobreviven con el dinero del cepillo y de lo poco que les da la venta en la tienda ya que ahora, con la crisis, han perdido muchas de las donaciones que recibían.

Y algo en que lo que todas coinciden es que les encantaría recibir la visita del Papa Francisco, «por lo humano que es y cómo se acerca a cómo sienten ellas, que son religiosas franciscanas». Precisamente el Papa convocó el sábado, para todo el mundo, un jubileo extraordinario llamado de la Misericordia. «En la Santa Faz la alegría ha sido muy grande al comprobar la coincidencia entre el mensaje del Papa y cómo desde hace 526 años llevamos repitiendo ¡Faz divina! ¡Misericordia! Es el único lugar del mundo donde se venera desde más de cinco siglos el rostro de Jesús y se invoca su misericordia. Lo mismo que el Papa está repitiendo sin cesar», dice el capellán, José Luis Casanova, que cree que las palabras del Santo Padre el domingo en la plaza de San Pedro animan también a celebrar la Peregrina.

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