Sumner desata la solidaridad por la enfermedad de Lucía

La proeza del ciclista Clinton Sumner, que ha recorrido 1.000 kilómetros por 32 puertos de montaña de la provincia durante 70 horas ininterrumpidas para dar a conocer la enfermedad de la pequeña Lucía, una alicantina de cinco años recién cumplidos y aquejada de los síndromes de West y Lennox, ha empezado a surtir efecto.

Diversos colectivos, junto a propuestas de amigos de la familia, han puesto en marcha actividades con las que esperan recaudar fondos y ayudar a una familia que hasta el momento se las había arreglado, pero que confiesa que los tratamientos que requiere Lucía exigen ya de un desembolso al que no pueden hacer frente por sí solos.

Clinton, nacido en Ciudad del Cabo, ya lleva en Alicante 27 años y asegura que este ha sido su último reto porque resulta muy duro y su mujer ya se lo prohibe. «La llegada ha sido uno de los momentos más emocionantes de mi vida, comparable al nacimiento de mis dos hijos», confiesa. Lo más duro de su gesta, mantenerse despierto tanto tiempo sobre la bici. «Mi mayor satisfacción es que encienda la mecha par apoyar a Lucía».

Los padres, integrados en la Hoguera Parque de las Avenidas, celebrará una fiesta infantil recaudatoria el día 18 de septiembre gracias a la cesión de juegos hinchables de un amigo.

Otras amigas de la familia están haciendo pulseras con un trébol de cuatro hojas como colgante, símbolo de las enfermedades raras como la que padece Lucía, para ofrecerlas por dos euros. Contactarán con los presidentes de hogueras para distribuirlas en las fiestas y destinar íntegro lo que se recaude para Lucía. Se puede colaborar a través del Facebook María Ángeles Prieto Vidal.

También la generosidad de la Legión 501 de Star Wars en la provincia propiciará un photocall y una fiesta de disparos con balas de goma espuma, para lo que estos voluntarios están buscando las fechas más propicias. Finalmente, la asociación por la integración social de los niños «Lola busca nueva imagen», se ofrece a realizar un evento musical y a contribuir con alguna empresa constructora para que el carro que necesita Lucía quepa por las puertas de casa, a las que hay que quitar los marcos, como señalan los papás de la pequeña, que se acercaron con la hermana de Lucía, Alba, a recibir al ciclista, a quien están muy agradecidos. «Ha sido impresionante, es alucinante lo que ha hecho», apreciaba Ester, la madre.