Tras un ciclo de mascletàs previas a las Hogueras de los que, en general, no hacen demasiada afición por la pólvora, el primer disparo del concurso oficial logró despertar ayer del letargo a la plaza de Luceros. No fue la mejor mascletà que se recuerda, pero sí un disparo con la potencia suficiente, con los cambios de ritmos necesarios, con un juego de alturas indispensable para dejar con buen sabor de boca a las miles de personas que se dieron ayer cita en el entorno de la emblemática fuente, ayer especialmente vigilada por unas fuerzas de seguridad que reforzaron el despliegue en la primera jornada del concurso oficial de mascletàs, que se prolongará hasta el próximo sábado, día de San Juan. Uniformados, por ejemplo, se pudieron contabilizar casi medio centenar de agentes de la Policía Nacional, que no dudaron en exhibir fuerza en Luceros, entre armas largas, escudos y perros detectores de explosivos.

La pirotecnia valenciana Del Mediterráneo, por su parte, cumplió su palabra y confió el éxito de la mascletà a un final fuerte, con la potencia que exigen los alicantinos para cerrar el disparo con una ovación no menos atronadora nada más concluir el definitivo y estruendoso bombardeo.

La mascletà comenzó algo tímida, como es habitual, pero con mucho colorido, gracias a una sección de humos que dio pase a tres partes aéreas, entre silbatos, roncadoras y serpentinas, que tuvieron otros tantos remates.

Y tras más de dos minutos con la vista apuntando al cielo alicantino, la atención empezó a girar hacia el suelo, hacia la curva entre General Marvá y la avenida de la Estación, con una fase combinada de fuego aéreo y también terrestre, siempre desde el entorno de Luceros, ganando fuerza poco a poco, cuerda a cuerda, hasta que la potencia alcanzó su máximo apogeo, con picos que superaron los 125 decibelios. Pero tras envolver la plaza en una bola de fuego a ras de suelo, la mascletà tuvo que seguir, derivando en una definitiva fase aérea, durante casi medio minuto más para superar los cinco minutos y medio que, desde ayer, exige el Ayuntamiento para optar a la victoria. Los valencianos de la pirotecnia Del Mediterráneo lo lograron con cierta solvencia, con la satisfacción del trabajo bien hecho. «Hemos apostado por el terremoto final porque sabemos que aquí gusta mucho. Además, la reducción del tiempo beneficia el espectáculo, todo es más dinámico», concluyó ayer el gerente, Antonio García.