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La pandemia de coronavirus deja a Alicante sin romería a la Santa Faz por primera vez desde la Guerra Civil

El Ayuntamiento y el Cabildo, patronos de la salida de la Reliquia, aplazan sin fecha la Peregrina del 23 de abril

La pandemia de coronavirus deja a Alicante sin romería a la Santa Faz por primera vez desde la Guerra Civil

La pandemia de coronavirus ha obligado a aplazar, sin fecha, la romería a la Santa Faz, un acontecimiento multitudinario religioso y popular en el que participan más de 300.000 personas. La última vez que estuvo suspendida la Peregrina, que estaba prevista para el próximo 23 de abril, fue durante la Guerra Civil. En 1936 sí se celebró, antes del estallido del conflicto, pero estuvo interrumpida hasta regresar por todo lo alto en 1942.

La decisión de aplazar sin fecha la Peregrina por la crisis sanitaria que azota el mundo fue adoptada ayer por el Ayuntamiento de Alicante y el Cabildo de la Concatedral de San Nicolás, como patronos de la salida de la Reliquia. Aunque su idea es buscar otra fecha en el calendario de acuerdo con el Obispado para no perder la Peregrina de este año, de momento se cancela una tradición de hace 531 años que mueve masas.

Fue un 17 de marzo de 1489 cuando tuvo lugar el Milagro de la Lágrima, protagonizado por la Reliquia de la Santa Faz, que, según la tradición, es uno de los pliegues del sudario con el que la Verónica secó el rostro de Cristo en su camino al monte Calvario. Ante la sequía que azotaba al campo, salió una procesión de rogativas portando la Reliquia para implorar lluvia. Según las crónicas, a la altura del barranco de Lloixa (donde se erigió más tarde el monasterio), brotó una lágrima de la imagen y al poco se puso a llover.

La romería se celebraba cada 17 de marzo hasta 1751. Según recuerda Enrique Cutillas Iglesias, hijo del que fuera cronista de Alicante, a partir de 1752 «se empezó a celebrar en la fecha que hoy conocemos, el jueves después de la Dominica in Albis (segundo domingo de Pascua), salvo en los años de conflictos bélicos de los siglos XIX y XX, como la Guerra de la Independencia o la Guerra Civil». En 1811, según recuerda Cutillas Iglesias, el Ayuntamiento quiso volver a celebrar la romería en su fecha original del 17 de marzo, siguiendo la antigua tradición, pero con el absolutismo volvió la fecha en la que se celebra hoy.

Durante la Guerra Civil la imagen de la Santa Faz corrió un gran peligro. El monasterio se cerró y las monjas Clarisas que custodiaban el icono se marcharon a Orito. Según explica el jefe de Memoria Histórica Municipal, Pablo Rosser, la Reliquia fue salvada por los republicanos, que se las ingeniaron para ponerla a salvo. Fue retornada tras la marcha de los soldados italianos que ocuparon la zona y después de que se hiciera el nuevo retablo de la iglesia diseñado por el arquitecto Juan Vidal y financiado por el comerciante Manuel Prytz. Según apuntó Rosser, la romería dejó de celebrarse en periodos de epidemias.

El deán del cabildo catedralicio, Ramón Egío, dijo ayer que el aplazamiento es «la postura más lógica, obligada por la legislación actual. Estoy convencido de que esta decisión no va a ir en merma de la devoción a la Santa Faz. Todo lo contrario. A ella tenemos que invocarnos de forma especial en estos difíciles días». Las Monjas de la Sangre de la orden Agustina, nuevas custodias de la Reliquia, tendrán que esperar para ser testigos del acontecimiento. La madre federal, sor Irene, cree que lo «importante ahora es la salud y el bienestar de nuestra gente y esto hay que priorizarlo por encima de cualquier otro deseo, gusto o sentimiento» y que con tal de que la situación mejore lo dan por válido.

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