«Al final del curso haremos una nueva normativa de evaluación para tener en cuenta la situación que estamos viviendo, tal y como se ha hecho con respecto al acceso a la Universidad». El secretario autonómico de Educación y número dos de la conselleria, Miguel Soler, se refiere a que no se puede poner el foco «en lo que pasa en dos meses», en referencia a los últimos compases de este curso en estado de confinamiento por la crisis del coronavirus.

Explica que el profesorado ahora debe centrarse en trabajar «los contenidos más relevantes y no ahogar» al alumnado a tareas, porque los hay cuyas familias tampoco pueden hacerse cargo de que las lleven a cabo.

Buscando la mayor equidad para todo el alumnado -tal y como adelanta que se ha decidido a nivel estatal sobre las pruebas de selectividad que se ajustarán a los contenidos que se han impartido ya- la evaluación final en el resto de niveles educativos también incidirá en lo que se ha dado de modo presencial en las aulas los dos primeros trimestres.

«Más allá de situaciones concretas en que el profesorado trabaja muy bien con las plataformas dispuestas para la conexión con el alumnado, y la coordinación con las familias, el mensaje es que se mantengan las rutinas diarias de trabajo, siendo conscientes que la actividad ahora nunca será como la presencial, porque hemos pasado de las TIC (tecnologías de la información) como apoyo, a que sean la única forma de comunicación posible», añade.

Desde la conselleria reiteran que para el alumnado de los segundos ciclos medios y superiores de Formación Profesional, así como los de segundo también de Bachillerato, se deben elaborar proyectos de aprendizaje «que permitan trabajos en común y que se coordinen tareas».

A estos mismos alumnos son a los que de modo prioritario van destinadas las cerca de 10.000 tabletas con internet integrado que el conseller Vicent Marzà, por acuerdo con el titular de Hacienda y el president Puig, anunció ayer que llegarán directamente a sus casas.

Los directores de los institutos se encargarán de remitir a Educación el NIE de aquellos estudiantes con menos recursos para que no se queden descolgados de las clases por no disponer de internet. Teniendo en cuenta que son un 10% aproximadamente los que no tienen tecnologías en casa, las tabletas cubrirán las necesidades tanto de estos niveles de enseñanza como de estudiantes de ESO que también las necesiten, a criterio de sus directores.

La previsión de Educación es que cuando acabe el confinamiento las tabletas pasen a formar parte de los recursos de los institutos, como también los 1.700 ordenadores portátiles que van a distribuir a cada director o miembro del equipo directivo que se determine.

La conselleria también ratificó a los sindicatos docentes que el calendario de las oposiciones se aplazan un año, tal y como propuso, y prevé fijar la selectividad en la primera semana de julio, antes del día 10 como acordó Celaá.