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Clases en el gimnasio y la biblioteca para cumplir el protocolo

Los centros educativos adaptan sus instalaciones para garantizar las medidas de seguridad como la distancia de 1,5 metros y aulas desdobladas

Clases en el gimnasio y la biblioteca para cumplir el protocolo

Los centros educativos viven estas semanas con el metro en la mano y los 150 centímetros de distancia de seguridad entre pupitres en la cabeza. Los protocolos acordados por la Conselleria de Sanidad y la de Educación dejan en institutos y colegios el ruido de mesas y sillas moviéndose, aulas reconvertidas y readaptación de grupos y horarios; todo un compendio de medidas que tienen un objetivo claro: que la seguridad en la vuelta a las clases sea la mayor posible.

El nuevo traje para las instalaciones escolares está basado en las prescripciones sanitarias, diferentes para los menores y mayores de 4º de Primaria, y dejan un margen de autonomía para que los centros se adapten según sus características y necesidades. Un ejemplo es el caso del CEIP Pla de Barraques de El Campello donde se han habilitado espacios que antes estaban destinados a talleres para permitir el desdoble. El objetivo es que en los menores de 4º de Primaria haya menos de 20 personas por aula y en los mayores se respete el metro y medio de distancia, un hecho que está siendo habitual en muchos centros.

Paneles de metacrilato

Desde este mismo centro explican que se han instalado paneles de metacrilato en el aula de informática para que cada alumno tenga un cubículo independiente donde poder trabajar con el ordenador respetando la distancia. También se han adquirido unos carros especiales para llevar la comida por si los alumnos han de comer en sus propias mesas en la clase al no garantizarse el espacio de seguridad en el comedor.

Los colegios lucirán nueva cara a partir de septiembre con cartelería recordando las medidas de higiene, líneas delimitando espacios en el patio o expendedores de geles hidroalcohólicos. Pero no solamente eso. Por ejemplo, en el IES Pare Vitòria no reconocerán ni su biblioteca ni su gimnasio que quedarán invadidos por los pupitres de 1º de Bachiller. La transformación afecta también al salón de actos, espacio que será usado de gimnasio y de reunión del claustro.

Desde la dirección de un centro concertado en València explican que se han tenido que crear grupos extra en Primaria para que se pudiera respetar la distancia. Para ello, se han necesitado «sacar» cuatro aulas donde antes había salas multiusos o, por ejemplo, prescindir del aula de música. Similar a lo que han tenido que hacer para cumplir con la indicación de máxima presencialidad en 1º de la ESO, con otras cuatro aulas nuevas, «las más grandes», reacondicionando espacios, mientras que otro centro informa que para Bachillerato ha aprovechado el laboratorio y la sala de audiovisuales como nuevos espacios para dar clase.

Los cambios no solo corresponden a los lugares en los que se imparte docencia. Los centros expresan que hay modificaciones en el comedor, en la organización de las entradas y las salidas, en las zonas de reunión y descanso de profesores o en la instalación de mamparas en secretaría. Por último, todos los colegios e institutos han de contar con un «aula covid» para aislar a quienes muestren síntomas hasta que actúe Salud Pública.

Puig solo contempla la vuelta al cole de manera presencial

El jefe del Consell asegura que se hará todo lo posible para una educación «lo más normalizada posible»

El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, afirmó que no está «sobre la mesa en estos momentos» que el inicio de curso en la Comunitat Valenciana no sea presencial, y aseguró que se va trabajar para hacer posible que haya seguridad en las aulas ante el coronavirus y al mismo tiempo que haya presencialidad.

Puig admitió que «el riesgo cero no existe» y que la evolución de la pandemia de coronavirus indica que «puede y va a haber brotes» en algún centro educativo, pero precisó que se va a hacer «todo lo humanamente posible para que haya el menor riesgo» para alumnado y profesorado. Por ello indicó que se quiere generar «la máxima seguridad» para que los niños tengan una educación «lo más normalizada posible».

El presidente alertó de que la no presencialidad en las aulas, sobre todo en Educación Infantil y Primaria, tiene «efectos negativos para la sociabilidad y para la propia educación de los niños y las niñas», y por ello se ha llegado a acuerdo con la comunidad educativa para que el alumnado pueda acudir a las aulas. En este sentido, agradeció el esfuerzo que llevan a cabo los centros para «adecuar las aulas» a la nueva situación.

Respecto a la Conferencia de Presidentes que solicitan algunos dirigentes autonómicos para debatir sobre el inicio de curso, el jefe del Consell señaló que durante el estado de alarma ha habido una «unidad de acción muy positiva» entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas, pero «cada uno tiene que asumir su responsabilidad» en el ámbito de sus competencias. «Si hay comunidades autónomas que en este momento no tienen un plan, o que no han hablado con la comunidad educativa, es su responsabilidad, no del Gobierno de España», afirmó.

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