Aunque a simple vista pueda parecer una hoguera, no lo será. Ni por los materiales (la estructura, por ejemplo, no será de madera sino de hierro), ni por la durabilidad (no se montará para cuatro días, sino que las piezas pueden durar hasta veinte años) ni por el fin (no se construye para quemarse; de hecho, los materiales son autoextinguibles por lo que no se prenderá llama ni aunque se quiera). Así lo explica José Manuel García Esquiva «Pachi», el artista elegido por el Ayuntamiento -en un concurso con dos propuestas más- para construir el belén gigante que se exhibirá en Alicante desde el próximo 1 de diciembre y hasta el 6 de enero, en una atípica Navidad por la pandemia de coronavirus.
Desde su taller en un polígono industrial de San Vicente del Raspeig, Pachi admite que construir el belén que el Ayuntamiento pretende que entre en el Libro Guinness de los récords por superar los 18 metros de altura es un «aliciente» para un artista acostumbrado a firmar obras de gran tamaño, como un parque de dinosaurios, hoy en Oliva, con decenas de piezas que llegan a medir 34 metros de largo y diez de altura. También centra su trabajo en realizar escenografías que lucen en España y también en localidades como Estrasburgo (Francia). Con todo, en Alicante es conocido por haber plantado hogueras en distritos como Port d'Alacant (en categoría Especial). «Este belén es una oportunidad porque, al estar en la plaza del Ayuntamiento, te ve todo el mundo. Esperemos poner a Alicante en el mapa mundial», añade Pachi, que en 2013 también firmó las setas de la calle San Francisco, un proyecto de la etapa de Sonia Castedo: «Entonces, al principio también hubo mucha discordia, pero al final consiguieron revalorizar la calle. Ése es nuestro objetivo ahora, que el belén se convierta en un referente de la ciudad y que la gente de fuera venga a verlo».
Con ese reto en la mente, Pachi explica que el belén gigante, en la práctica, no tendrá nada que ver con una hoguera, aunque admite que muchos lo pensarán al verlo en el centro de la plaza del Ayuntamiento, donde este año el covid impidió plantar los monumentos oficiales. «No tiene nada que ver. Para empezar, la estructura en el belén será de hierro, mientras que en una hoguera es de madera», explica Pachi, mientras observa las primeras barras llegadas a su taller que servirán de sostén de las tres piezas: la más grande será San José, que ascenderá hasta los 18 metros; la Virgen, sentada, se quedará en los diez metros, mientras que la pieza del niño Jesús superará los tres metros de altura. Esta última será la primera que el artista prevé tener lista en dos semanas.
Los materiales no sólo serán distintos en la estructura. También lo serán en el cuerpo de las piezas, que se realizarán en un corcho «autoextinguible», lo que convertirá el monumento en ignífugo. «No se quemará aunque quieran. Como mucho, la pieza se pone un poco negra. Y, por los materiales plásticos con los que estará hecho, tampoco le afectará la lluvia, si la hay», apunta el artista, quien subraya que las piezas tienen una durabilidad muy superior a la de cualquier hoguera: «Plantándose un mes al año, pueden durar veinte años sin problemas». Eso sí, su montaje sólo está asegurado para los próximos tres años. De ahí, el precio del concurso: 123.000 euros, (de los cuales 70.400 son para este año y el resto de anualidades de 26.400 corresponden al montaje y desmontaje, mantenimiento, adecuación y almacenamiento). El coste motivó que la izquierda renunciara a formar parte del jurado que decidió que Pachi fuera el autor del belén gigante. El bipartito justifica que es un «incentivo» para atraer visitantes en la Navidad.
