La Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove) ha alertado de un fenómeno que se está produciendo en todo el país y especialmente en zonas con intensidad de uso del transporte público: la demanda de «turismos covid» para evitar contagios y desplazarse de forma económica durante la pandemia. Se trata de utilitarios que rondan los 15 años de antigüedad y precios que no superan los 1.500 euros. «Como comerciantes hemos detectado el interés de muchos ciudadanos por adquirir un vehículo que le permita los desplazamientos privados, tanto en las zonas urbanas como en desplazamientos interurbanos», asegura la asociación en un comunicado. Se trata de «un coche para desplazamientos diarios cortos, pero que puede suponer un ahorro importante de tiempo y, sobre todo, una medida de seguridad», añade la nota de la asociación.
Fuentes de Ancove señalan que se trata de un efecto de la crisis de la covid-19, una demanda «que se está dando pese a no ser mayoritaria» y que viaja indetectable en las estadísticas de transferencias de vehículos de más antigüedad.
Este segmento lo forman los coches de más de 10 y 15 años, un mercado donde los compraventas dan el relevo a los particulares y donde operan los falsos comerciales que se hacen pasar por privados para gestionar coches con discreción. Con precios de venta que bajan hasta los 500 euros, «los compraventas no suelen quererlos porque por ley deben dar un año de garantía y no hay margen de beneficios», explica Raúl Palacios, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam).
La compra de los vehículos se realiza a través de clasificados en internet e incluso con flyers en los coches, a través de los que se entra en contacto con el vendedor. Tras la operación, el falso particular lo revende sin todas las exigencias legales. «Hay gente que vende cuatro coches así al mes, se saca dos mil euros fuera de impuestos y viven con ello», apunta la citada fuente de Ancove.
Muchas de estas adquisiciones son precarias. De un lado, la economía sumergida facilita los coches se entreguen sin garantía, por lo que el comprador se expone a tener que afrontar reparaciones en cualquier momento. De otro, el nivel de emisiones de CO2 y el estado de las piezas dificultan que puedan pasar la ITV, por lo que la expectativa de disfrute del coche se reduce a unos meses. Es el horizonte que de momento se mantiene para que aparezca una vacuna y, por tanto, el principio del fin de la pandemia.
El impacto medioambiental, el riesgo de accidentes y el fraude a la hacienda pública que conllevan estas compras lleva a muchos actores del sector a pedir que las ayudas y la financiación a la compra de vehículos se extiendan también a los coches de menor coste. «Desde hace varios años la venta de vehículos de esta antigüedad tiene mucho protagonismo en el mercado», añade Palacios.
Uno de cada tres
En una provincia que ha perdido 2,2 millones de viajeros solo en el TRAM, se han vendido durante el mes de septiembre 8.916 turismos de ocasión, de los cuales un 35% son coches de más de 15 años, según datos de Ganvam. Es decir, una de cada tres ventas de segunda mano. Palacios señala que el 80% de las transacciones de coches a partir de los 10 años se producen entre particulares. Del total de ocasión, 5.273 tienen más de 10 años y 3.168 más de 15, según la citada estadística.
Desde la reapertura se ha reducido parte de la caída anual del mercado del vehículo de ocasión. Con aumentos en las ventas interanuales en los meses de julio y agosto, la tendencia se consolida en septiembre al crecer este segmento un 9% respecto a 2019 en la Comunidad Valenciana. En septiembre se vendieron 19.667 turismos de segunda mano en el territorio autonómico, según otra nota de Ancove.
