Efectivos de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía local se encargan desde ayer de controlar el cierre perimetral de la provincia hasta el próximo viernes, una semana en la que están vigentes medidas concretas para tratar de contener la extensión del covid. Los controles de los agentes serán aleatorios y las personas deberán acreditar con su DNI el lugar de residencia, y también el motivo del desplazamiento con el preceptivo justificante. Los agentes se han distribuido por las carreteras, el aeropuerto y la estación del AVE de Alicante, que tiene programados 50 trenes (ambos sentidos) diarios de cercanías con Murcia, más ocho de media distancia que se mueven entre Cartagena/Murcia y València. En los trenes de cercanías con Murcia se desplazan diariamente 4.500 personas. Los ERTE y el teletrabajo han reducido un 45% los viajes. Los AVE con Madrid y el Euromed circulan sin problemas, pero la ocupación de los trenes con Madrid ha caído un 35% este fin de semana.

Se da la circunstancia de que el decreto del Consell no tiene competencias para regular las fronteras, por lo que los viajeros extranjeros pueden seguir entrando y saliendo de la Comunidad Valenciana sin que les afecte la coyuntura jurídica vigente hasta el próximo viernes. Es más, Interior ha trasladado a las fuerzas de seguridad que vigilan los aeropuertos autonómicos que solo hay obligación de supervisar a los pasajeros que lleguen o salgan en vuelos interiores nacionales, a discreción de lo que decida el jefe de turno correspondiente. Es decir, a los viajeros españoles. Decisión independiente al dispositivo contra el covid puesto en marcha para prevenir que haya pasajeros que puedan entrar en la Comunidad enfermos. El decreto que regula el cierre perimetral no afecta, por lo tanto, a los viajeros internacionales. Turistas que tampoco están viniendo por las restricciones en sus países para frenar el covid, y por el descontrol de la pandemia en España ante la incidencia de la segunda ola.

La Guardia Civil controla desde las doce horas de ayer y hasta el próximo viernes las carreteras y, en concreto, la A-7, que conecta Alicante y Murcia con un tráfico diario de 40.000 vehículos y la A-31, que une Alicante con Albacete, y que registra un tráfico entre ambas capitales de 15.000 vehículos al día. Ayer, al poco de entrar en vigor el decreto autonómico, agentes de la Guardia Civil de Tráfico se desplegaron en la A-7 en Orihuela, y en la A-31 en Villena para controlar los accesos a la provincia desde Murcia y Castilla-La Mancha. La Policía Local se desplegará por las carreteras interurbanas de la propia provincia, por ejemplo en la playa de San Juan y Benidorm, para verificar que no llegan personas de otras provincias españolas sin motivo justificado: residencia habitual -regreso de algún viaje-, visita a un familiar dependiente, trabajo y estudios o trámites judiciales o médicos. Las fronteras no están cerradas por lo que los aviones pueden aterrizar y despegar sin problemas y, de momento, se mantiene la programación en El Altet. En la terminal también habrá controles aleatorios, porque los extranjeros pueden entrar, practicados por la Policía.

Aunque el cierre perimetral no afecta al turismo autóctono, visitantes potenciales, que desde este fin de semana pueden utilizar ya el Bonoviaje del Consell, el penúltimo golpe al sector ha llegado con el cierre de la Comunidad. Algo que se ha traducido en una caída generalizada de las reservas en los hoteles, que intentan mantenerse abiertos en la temporada baja más dura de la historia. La ocupación media de los hoteles no supera el 20%.

En Benidorm, solo están abiertos, por ejemplo, 25 de los 180 hoteles que oferta la ciudad, y tienen clientes, incluso jubilados ingleses, pocos no obstante, a los que no les afecta la cuarentena posterior en su país. Sin embargo, puentes festivos como el de este fin de semana y el del 8 de diciembre son clásicos para las escapadas de fin de semana. Fuentes de la patronal hotelera de la Costa Blanca apuntaron que «no queda otra que aguantar con el turismo de proximidad, con alicantinos, castellonenses, y valencianos que se hayan podido beneficiar del bonoviaje de la Generalitat, pero la cosa no pinta nada bien». Los hoteles esperan poder ir recuperando pulso la próxima primavera.

CARLOS MAZÓN PIDE «UN PUNTO DE EQUILIBRIO ENTRE ECONOMÍA Y SALUD»


El presidente de la Diputación, Carlos Mazón reclamó ayer que «se pondere la economía y la salud para lograr un punto de equilibrio respecto a las medidas que se tomen para contener la segunda ola de la pandemia». Mazón subrayó que no tiene «motivos para poner en tela de juicio» la decisión del Consell del cierre. «Tengo que pensar que las decisiones se toman sobre datos, y con expertos que aconsejan. Aún así, sí que me hubiera gustado que el Consell hubiera facilitado datos sanitarios del covid a los ayuntamientos y a la Diputación». El dirigente provincial pidió a los ciudadanos que sean responsables en estos «momentos complicados», y les animó a salir a cenar este fin de semana a las ocho de la tarde para ayudar al sector hostelero.

El Patronato Provincial de Turismo organiza este sábado una serie de actividades de turismo activo y naturaleza con 75 estudiantes extranjeros de 23 nacionalidades diferentes de las Universidades de Alicante y UMH de Elche. El objetivo es doble: por una parte convertirles en embajadores del turismo de la Costa Blanca, como un destino seguro en sus países de origen y, por la otra, trasladar la imagen de que el ocio de los jóvenes no es solo el botellón y las fiestas sin mascarillas. En la acción también ha colaborado FEDELE Comunidad Valenciana, a través de la cual se han sumado a participar en el evento los estudiantes de español.