Vacunar al mayor número de personas en el menor tiempo posible será el gran reto al que tendrá que enfrentarse la Sanidad a partir de enero, cuando comenzará el plan de vacunación diseñado por el Gobierno central y las comunidades autónomas para frenar la propagación del covid-19. Aunque el ritmo de vacunación estará muy condicionado por el ritmo al que se vayan aprobando vacunas y produciéndose en los laboratorios, muchos expertos también apuntan que habrá otras cuestiones que podrían marcar el flujo de la campaña. Entre ellas, el déficit de personal que arrastra la Atención Primaria. Por eso los médicos piden a Sanidad «soluciones imaginativas» que no añadan más problemas y retrasos a los que hoy sufre la asistencia a sus pacientes.

«En otros países, como Alemania, han recurrido al Ejército, algo que también se podría hacer aquí», señala María José Gimeno, secretaria provincial del Sindicato Médico en Alicante. Todo con el objetivo de contar con más personal que ayude en la tarea de distribuir y vacunar a tan ingente volumen de población. Gimeno recuerda que la del covid «será la mayor campaña de vacunación que se ha emprendido en este país en años, por volumen de población a proteger y por el tiempo que se va a prolongar y todo cuando aún no se ha acabado con el tapón que supuso el covid». Una campaña de vacunación sin los adecuados refuerzos, advierte esta profesional, «puede ser la puntilla para la Atención Primaria». Por su parte, German Schwarz, médico de familia e integrante también del Sindicato Médico, plantea que la conselleria recurra, además de al Ejército, a la sanidad privada, como hizo durante la primera ola de la pandemia, para agilizar la vacunación.

Las concentraciones se repitieron ayer en el consultorio Alberto García de Elche. INFORMACIÓN

José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas y responsable de vacunas del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova), afirma que solo en los centros de salud de la Comunidad harían falta entre 700 y 800 enfermeros y alrededor de 250 médicos, para poder asumir la vacunación y, además, recuperar la vacunación que se perdió durante el confinamiento y mantener la actividad propia de Primaria. Para Forcada puede que los centros de salud se queden pequeños o sean insuficientes para atender a toda la población con todas las garantías. Por eso, carpas, polideportivos o incluso iglesias podrían, a su juicio, convertirse en centros de vacunación temporales.

El Presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Rafael Ortí, coincide también en que esta campaña estará condicionada por la falta de personal y que esta podría ser «una buena oportunidad para reconocer carencias y cubrir el déficit que arrastramos de largo» en esta materia. Generar confianza en la población será otra de las claves para que la vacunación acabe alcanzando a un grupo de ciudadanos elevado que permita cierta inmunidad de rebaño. El preventivista Rafael Ortí, cree que establecer buenos canales de comunicación con la ciudadanía permitirá que las reticencias o posicionamientos negacionistas que puedan surgir en torno a las dosis contra el covid-19 acaben silenciados y la mayor parte de la población se acabe vacunando. En este sentido, José Antonio Forcada también recuerda que, como el ordenamiento legal de nuestro país no prevé la vacunación obligatoria, lo más importante será dar información «cierta y veraz», algo que considera que podría complementarse con otras medidas o «estímulos positivos» para la población: «Hay quien habla de que la Unión Europea podría pedir un certificado de vacunación para viajar a ciertos países. ¿Eso sería eficaz? Pues probablemente sí serviría para convencer a alguien que está indeciso», señala.

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Desde el sindicato CSIF, Cecilia Meliá, presidenta de Sanidad en la provincia Alicante, exige que las medidas «estén claras a la mayor brevedad posible, ya que hay que tener en cuenta que la vacunación se anuncia que se quiere poner en marcha en enero y para ello falta poco más de un mes».

Por otro lado, ayer se celebraron distintas concentraciones a las puertas de los centros de salud para pedir al Gobierno que retire el real decreto que permite contratar a médicos sin especialidad y facilita que se mueva a los médicos de su centro de trabajo o se les obligue a trabajar en una especialidad que no es la suya. Por el momento, los médicos han decidido aplazar la huelga que mantenían los últimos martes de cada mes a la espera de que la segunda ola del covid descienda.