Los conflictos en las aulas han descendido de forma significativa este primer trimestre del curso, hasta el punto de haber quedado reducidos a la mínima expresión en la mayoría de los centros.

La totalidad de los directores consultados coinciden en apuntar que las medidas que han tenido que incorporar para evitar los contagios por coronavirus son el factor determinante para este descenso de la conflictividad escolar, porque la mayor distancia interpersonal evita el roce indeseado.

En concreto en los colegios de Primaria, con alumnado desde los 6 a los 11 años de edad, la media de reducción de las faltas de convivencia alcanza un 85%, siempre según lo que han detectado los responsables de los centros consultados por este diario. «La verdad es que no ha habido conflictos» coinciden en recalcar en la gran mayoría de los colegios.

«Las medidas contra el covid han favorecido un mejor clima en el aula, en el centro en general y , sobre todo, en el comedor. La reducción de grupos y del contacto resulta definitivo», recalcan en otro de los centros.

Los tres turnos de patio que han organizado buena parte de los colegios están siendo fundamentales en el descenso de la conflictividad. «Ha desaparecido la aglomeración durante el recreo, además de que los espacios permanecen delimitados», subraya otro director en cuyo centro se distinguen las distintas áreas del patio por colores.

Solo se juntan durante los descansos los niños que comparten el aula burbuja, y se les separa de los demás mediante vallas en la mayoría de los casos. «Sin grandes costes, la nueva organización de los centros presenta muchas ventajas», corroboran.

También se han incrementado los turnos de comedor, uno de los espacios, junto al patio, que tradicionalmente actúan como polos de atracción de la mala conducta. La duplicidad del número de monitores que ha proporcionado la Conselleria de Educación ha contribuido asimismo a la sensible mejora de las relaciones mientras dura el servicio del comedor.

Y en los accesos en el interior de los centros, las distintas señalizaciones en las escaleras para evitar aglomeraciones al subir o bajar también impiden encontronazos que, de otra forma, resultaban más habituales.

Entre los institutos de Secundaria, con alumnos a partir de los 12 años de edad, los hay a su vez que a estas alturas del curso ya habían abierto una media de cinco expedientes como mínimo en el primer trimestre, pero que ayer, a a preguntas de INFORMACIÓN, aseguraban que todavía no habían tenido que incoar ninguno.

Son también los distintos turnos de patio, la obligada distancia interpersonal y las entradas y salidas escalonadas las principales razones del descenso de casos. «Disminuye el jaleo, las clases están muchos más tranquilas por las distancias entre las mesas y los propios alumnos entienden la situación y se comportan mejor», abundan en uno de los institutos cuya media de expedientes habría superado la decena en cursos anteriores a estas alturas del curso.

La convivencia, aseguran, ha salido ganando, «está todo mucho más controlado» -concretan- y lo que desean es que esta situación, al margen de la pandemia, pudiera prorrogarse ‘sine die’ para la enseñanza en general.

Con menos alumnos por aula mejorarán las calificaciones

El profesorado asegura que la calidad de la enseñanza y la atención han subido enteros

Al notable descenso de la conflictividad por las distancias que exige el coronavirus, se suma este curso también una disminución de la ratio o número de alumnos por aula que, según destacan entre el profesorado, debería derivar en una significativa mejora de las calificaciones.

«La atención del alumno se puede hacer de forma más personalizada, ellos están más atentos, se distraen menos, y el mensaje llega con más claridad y cercanía. El resultado por fuerza debe conducir a una mayor calidad de la enseñanza y a la subida generalizada del nivel educativo», subraya uno de los directores de Secundaria, a su vez experto pedagogo.

El hecho de que algunas aulas, tanto de Primaria como de Secundaria, también las compartan dos maestros o profesores, es otras de las circunstancias apuntadas por los docentes entre los cambios para mejor que están observando en la enseñanza a consecuencia de la pandemia. «Acabamos conociendo mejor a cada alumno y guiándole hacia lo que más necesita. El resultado es un aprendizaje mucho más sólido que se verá reflejado, sin duda, en las notas», añaden en otro de los institutos.

Los tiempos que hasta ahora se veían obligados a destinar a controlar el orden del aula, especialmente en las primeras clases o en los cambios de materia, en el caso del primer curso de ESO prácticamente han pasado a la historia, y en el resto de los niveles de Secundaria apenas resultan reseñables, como coinciden en señalar los directores de forma mayoritaria.