El límite de reproducción de nuevos casos para que se pueda hablar de que la pandemia está controlada se cifra en 1. La Comunidad Valenciana supera ya ese límite, lo que puede dar lugar a un brote epidémico incontrolado. La propia consellera de Sanidad, Ana Barceló, lo cifró en 1,09. Este sufrido dato se suma a los aumentos también de la tasa de contagios en seis puntos las últimas dos semanas, de hasta el 52% en los ingresos hospitalarios por covid, y a los 196 «muertos en una semana, cifra absolutamente insoportable» en palabras del presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Los responsables del Consell se apoyan en estas cifras para decretar a partir del día 7 de enero, nuevas medidas restrictivas durante todo el mes, que a su vez prolongan el cierre perimetral de la Comunidad al menos hasta el 31 de enero, y que añaden el adelanto del toque de queda a las 10 de la noche, el cierre de toda la hostelería a las 5 de la tarde, el servicio de cenas solo a clientes alojados, la reducción del aforo de los comercios al 30%, la prohibición de fumar en las terrazas de los bares y restaurantes reduciendo a 4 las personas por mesa, y el confinamiento de 29 localidades en la Comunidad, tres de ellas de la provincia de Alicante: Alcoy, Castalla y Polop.

En estos municipios las limitaciones serán mayores los próximos catorce días, a expensas de volver a valorar entonces la situación epidemiológica, según ha concretado la consellera. En estas localidades se cierran cautelarmente los centros sociales, clubes y establecimientos similares, bares, restaurantes y establecimientos de ocio en general, salvo que sirvan comida a domicilio. También cierran gimnasios, centros deportivos, parques y jardines; y los aforos de velatorios, entierros, bodas y bautizos se limitan a 15 personas al aire libre y 10 en espacios cerrados.

Para el resto de la Comunidad los únicos locales que no restringen su aforo al 30% y mantienen el actual hasta el 50% son los dedicados a la alimentación, farmacias, ortopedias, peluquerías y centros veterinarios; pero los espectáculos y la concentración de personas están prohibidos en general, a excepción de teatros y conciertos, así como las competiciones deportivas de Infantil y Primaria.

«No se han respetado las medidas restrictivas impuestas pese a ser de las más duras del país, -lamentaba Barceló sumamente indignada-. Hemos hecho un sacrifico enorme hasta el punto de renunciar a que pudieran venir familiares de fuera, pero siempre hay irresponsabilidad que nos coloca en la realidad que no queremos», sentenciaba la titular de Sanidad.

Al igual que el presidente Puig, huye de convertir la Comunidad en un estado policial y apela a la «complicidad y responsabilidad» para proteger la salud, al tiempo que afirma que estarán «vigilantes» para que se cumplan todas las medidas.

El propio presidente admite que la situación a la que ha llegado la pandemia es «grave», que la presión hospitalaria «ha aumentado y preocupa de forma grave», que se ha llegado a un «nuevo punto de inflexión» aunque no lo califica de saturación, y que aun disponiendo de «suministros suficientes para los próximos cuatro a cinco meses, de compras previstas para abastecer dos años y de infraestructura y personal que pueden crecer», la situación exige una respuesta «contundente y ponderada».

El mismo jueves día 7 en que entran en vigor la nuevas restricciones, el jefe del Consell tiene previsto reunirse con la patronal y los sindicatos «para acordar un plan de ayudas a los sectores más afectados», afirma.