Tras un año de absoluto bloqueo y sin perspectivas claras de poder retomar su actividad a corto plazo, el sector de la artesanía vinculado a las fiestas tradicionales de la Comunidad Valenciana, probablemente uno de los más erosionados por las fatídicas consecuencias de la pandemia de coronavirus, recibió ayer, por fin, una buena noticia. La comunicó la vicepresidenta del Gobierno autonómico, Mónica Oltra, tras el pleno del Consell, que aprobó una línea de ayudas específica para los afectados por un total de siete millones de euros.

La inyección económica con la que la Generalitat busca insuflar oxígeno al sector «responde a la necesidad de dar respuesta urgente a la situación y garantizar su supervivencia», aseveró ayer la portavoz del Ejecutivo autonómico. En total, los artesanos y las pymes vinculadas a las fiestas tradicionales podrán recibir un máximo de 7.000 euros, según detalló Oltra. Se trata de autónomos y pequeños empresarios dedicados a la elaboración de productos relacionados con las fiestas populares, que generan un importante flujo económico en la provincia con eventos tan destacados en el calendario como las Hogueras o los Moros y Cristianos, entre otros. En todos los municipios alicantinos las fiestas de este tipo, caracterizadas por ser multitudinarias, se encuentran suspendidas por las sucesivas medidas decretadas para frenar la pandemia.

La Generalitat calcula que son cerca de un millar de centros artesanos los ubicados en territorio autonómico, que agrupan a una treintena de oficios. Son empresas de muy reducida dimensión en su inmensa mayoría, y a su importancia económica se une su valor como patrimonio cultural e identitario del pueblo valenciano. El decreto ley del Consell que regula estas ayudas tiene en cuenta a artistas de Hogueras y Fallas, a talleres de elaboración o fabricación de abanicos así como de alpargatas, bastones bordados, artistas bolilleros, y oficios ligados a la producción de medias, ganchillo, muebles y otros objetos de mimbre, caña, palma y similares. También se incluyen los oficios de florista artesano, bodeguero, bastonero, constructor de instrumentos de cuerda, viento y percusión, estampador de telas, dorador, hojalatero, joyero, maquetista, orfebre, escribano, pirotécnico, platero, así como artesanos a medida como sastre, modista, tejedor, sombrerero, tintorero, zapatero o peletero.

Las ayudas se financiarán con fondos europeos y se enmarcan dentro del Plan Resistir impulsado por la Generalitat, que trata de prestar auxilio a los sectores más afectados por la crisis del coronavirus y que, en su conjunto, está dotado con 380 millones de euros que podrán ser ampliables.

Demostrar una caída de ingresos del 30% y mantener la actividad 12 meses

Los autónomos o pymes que pretendan acogerse a las ayudas decretadas por la Generalitat deberán cumplir una serie de requisitos establecidos en la norma que las regula, que fija, además, que el plazo para la presentación de solicitudes será del 1 al 15 de marzo. Así, los interesados deben estar en posesión del documento de calificación artesana, expedido por la Generalitat, o documento equivalente emitido por una Administración pública que acredite su condición artesana en alguno de los oficios contemplados, que ejerzan su actividad en la Comunidad Valenciana al menos desde el 1 de marzo de 2020 y hayan sufrido una reducción de al menos el 30% de los ingresos en el ejercicio 2020 respecto a 2019. De igual forma, las personas y empresas a las que se les concedan las ayudas deberán comprometerse a mantener la actividad artesana durante al menos 12 meses, a contar desde el día de la concesión de la subvención. El decreto ley que regula las bases para la concesión de ayudas ha sido impulsado por la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo.