Nada más empezar el confinamiento durante la primera ola del coronavirus, un vecino de Alicante, llamémosle Andrés, estaba preparando una fiesta sorpresa de cumpleaños para su mujer. De improviso, encontró con que su ella le anunciaba su intención de dejarle y le presentaba una demanda divorcio, justo la misma mañana en que el Gobierno preparaba desde Madrid la declaración del estado de alarma. No solo tocaba cancelar la celebración, sino ponerse con la tramitación de la separación. La disolución matrimonial se gestó con encuentros entre los abogados en aparcamientos que se intercambiaban la documentación para el divorcio. Éste es un caso real de uno de los divorcios que se tramitaron en Alicante durante el estado de alarma.

Los juzgados estaban cerrados y solo se admitían asuntos de urgencia. Las incertidumbres de aquellos días se han prolongado con los sucesivos rebrotes de la pandemia y todo parece estar rodeado de una calma tensa a la espera de ver cuál es la evolución de los acontecimientos. La pandemia no ha supuesto un aumento de las disoluciones matrimoniales en la provincia, a pesar de lo difícil que ha podido ser la convivencia durante aquellos días de encierro. Todavía falta por cerrar la estadística completa de 2020, pero todo apunta a que estos pleitos caigan hasta un 36 por ciento, al bajar de 4.691 a cerca de 3.000 demandas. En la cifra se incluyen tanto los divorcios como las separaciones con acuerdos y sin ellos. Ni siquiera a partir de junio se registró un aumento cuando se instauró la «nueva normalidad», con un promedio de 700 asuntos por trimestre. En Alicante, la cifra bajó entre julio y septiembre, mientras que en el resto de España la tendencia era precisamente la contraria y que la Comunidad Valenciana lideraba las tasas de disolución matrimonial del país.

A la espera

«Todo el mundo parece que está esperando acontecimientos. No saben si va a quedarse sin trabajo o cuál va a ser la evolución de la pandemia», explicaron fuentes del Palacio de Justicia. Romper una relación parece una medida un poco drástica en tiempos donde parece que se vive una situación de provisionalidad.

Las modificaciones en el régimen de medidas es en estos momentos las solicitudes que más están entrando en los juzgados especializados en asuntos de Familia en el partido judicial de Alicante, aunque aún así han sido menos los asuntos en 2020 que en el año anterior. Un total de 403 solicitudes en el partido judicial de Alicante frente a 467 en 2019. El Gobierno llegó a preparar hasta un procedimiento especial para todos los pleitos por custodias de los hijos ante la pandemia. Desde cambios en el régimen de visitas a modificaciones de la pensión alimenticia. Un procedimiento especial que, al menos en la provincia de Alicante, ha sido ninguneado en la provincia de Alicante y por el colectivo de la Abogacía su uso ha sido más bien anecdótico. Apenas media docena en el Palacio de Justicia de Alicante.

Ha sido habitual el aprovechar la pandemia para pedir un cambio en el régimen de medidas, pagar menos pensión o pedir la custodia compartida. «Hay quien se ha quedado sin trabajo, o está sumido en un ERTE. Objetivamente hay una reducción de los ingresos», explicaron fuentes judiciales. Por este motivo, la gran mayoría de las peticiones llegan ya con acuerdo mutuo entre las partes, según explica Gracia Carrión letrada de la sección de especialistas en Derecho de Familia del Icali (Ilustre Colegio de la Abogacía) de Alicante. Saben qué es lo que se va a decidir en el juzgado.

Pruebas PCR

Aún así no siguen faltando los conflictos a cuenta de los intercambios de menores. y los protocolos sanitarios. Otro vecino de Alicante ha planteado en uno de los juzgados que su expareja le exige hacerse una prueba PCR cada vez que vaya a ver a su hijo. En otro juzgado de San Vicente, otro hombre denunció que su ex no solo no le dejaba ver a sus hijas, sino que las estaba mandando al colegio a pesar de que la madre estaba en cuarentena por el virus. Las fuentes del Palacio de Justicia consultadas por este diario señalaron que se trata de casos aislados. «Lo normal es que cuando llega el virus todos arriman el hombro. Ayudar y quedarse con los menores mientras la otra parte está confinada», explicaron.

Durante el confinamiento, eran muchas las dudas sobre cómo quedaba el régimen de visitas de los menores. Hasta el punto de que, aunque la actividad judicial estaba parada, los jueces de Familia aunaron criterios para fijar posturas y dejar clara cuál iba a ser su postura una vez que se retomara la actividad. Una decisión que se adoptó para evitarse una avalancha de denuncias de incumplimiento del régimen de visitas cuando se retomara la actividad.

Los cierres perimetrales de las grandes ciudades en la Comunidad Valenciana durante esta tercera ola de la pandemia, también están generando numerosas dudas. ¿Si vivo en Santa Pola puedo ir a Alicante para entregar al niño? Una pregunta a la que Gracia Carrión responde que precisamente la entrega de menores al otro cónyuge en familias separadas es uno de los desplazamientos justificados entre municipios durante estos días de restricciones.