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Un enfermo crónico: "Estoy en diálisis y desde hace un año no salgo a la calle a la espera de que me vacunen"

Los enfermos crónicos de alto riesgo viven entre la resignación de no haber sido aún inmunizados y el miedo a contraer el covid

Antonio Ruiz acude tres veces por semana a diálisis por la enfermedad renal que sufre

Son los más vulnerables al coronavirus, aunque de momento las autoridades sanitarias no los han incluido en los grupos a vacunar. Pero parece que por fin llega el turno para los enfermos crónicos, al menos para los que más riesgo tienen de sufrir complicaciones en caso de contraer el covid. Según la última actualización de la estrategia de vacunación, que acaban de pactar el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, los enfermos crónicos de muy alto riesgo serán vacunados de manera simultánea con el grupo de personas de entre 70 y 79 años. Este grupo arrancará la semana que viene una vez finalice la inmunización de los mayores de 80 años.

De momento, las autoridades sanitarias han acotado este grupo de enfermos crónicos a personas con trasplante de progenitores hematopoyéticos, trasplante de órgano sólido y lista de espera para este, personas en hemodiálisis y diálisis peritoneal, enfermedad oncohematológica, cáncer de órgano sólido en tratamiento con quimioterapia citotóxica, cáncer de pulmón en tratamiento con quimioterapia o inmunoterapia, infección con VIH inmunodeprimidos, personas con inmunodeficiencia primaria y personas con Síndrome de Down mayores de 40 años. El resto de pacientes con enfermedades graves tendrán que seguir esperando a que Sanidad los llame dentro de sus grupos de edad o a que defina nuevos grupos de pacientes a inmunizar.

Valeria Lescano, en la puerta del Hospital General, donde está siendo tratada

La espera se está haciendo muy larga para estos pacientes, para quienes la vida poco ha cambiado en el último año. El suyo es un confinamiento permanente por miedo a contraer la enfermedad. «Durante toda la pandemia he salido de casa sólo para acudir a diálisis. No veo a mi familia ni a mis amigos y mi mujer es la única que me ayuda a mantenerme psicológicamente a flote», explica Antonio Ruiz, enfermo renal. La Sociedad Española de Nefrología ha advertido que la mortalidad por covid en enfermos que, como Antonio Ruiz, están en tratamiento supera el 30%. «Somos enfermos de muy alto riesgo, con las defensas muy bajas y podemos coger cualquier enfermedad. Tenemos más riesgo que los profesores y los policías, y sin embargo no se nos ha priorizado», lamenta este paciente, que acude tres veces por semana a un centro de diálisis. «Allí coincidimos 15 ó 20 enfermos en la sala de espera y todos estamos desesperados. Nos alegramos por los compañeros de 80 años que ya han recibido la vacuna, pero a la vez les envidiamos».

José Joaquín Nogueroles fue trasplantado de hígado hace 22 años.

Entre dos aguas se mueve Valeria Lescano, quien está en tratamiento por el cáncer de mama. Tiene claro que cuando le llegue el turno se vacunará, pero está preocupada por los posibles efectos adversos que pudiera tener sobre el tratamiento que recibe. «Somos como el asterisco de los pacientes con complicaciones para vacunar. Estamos con un tratamiento que por un lado nos cura y por otro nos debilita y creo que no se ha estudiado lo suficiente los efectos de la vacuna sobre los tratamientos oncológicos». Como en el caso de Antonio Ruiz, Lescano lleva un año en un aislamiento más estricto del que aconseja Sanidad. «Tengo una niña pequeña y los fines de semana procuro salir un poco más por ella, pero entre semana ni siquiera la llevo al colegio por miedo a contagiarme».

Los enfermos trasplantados también están a la espera de ser inmunizados. Pacientes como José Joaquín Nogueroles, quien hace 22 años fue trasplantado de hígado. En su caso vive con mucha tranquilidad la espera, sin entrar a cuestionar si pacientes como él tendrían que haber sido llamados antes. «Las personas que han tomado las decisiones de qué grupos priorizar habrán tenido sus motivos, están capacitados y quiero suponer que hacen lo mejor para la sociedad». También Nogueroles ha vivido este año en un confinamiento casi estricto. «Sólo salgo a pasear alrededor de casa, por zonas en las que no hay aglomeración. Mi mujer es quien hace la compra y lo que podemos lo pedimos por internet». Recuerda que en el caso de las personas trasplantadas su sistema inmunológico se debilita debido a la medicación con inmunosupresores que deben tomar para que su cuerpo no rechace el órgano.

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