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Interior expulsa a 86 turistas británicos por no poder justificar su residencia en la provincia

Los últimos pasajeros han llegado esta semana en dos vuelos desde Manchester y Londres (Luton) - La Policía tiene orden de parar a todos los viajeros que llegan desde el Reino Unido

Aviones de la compañías TUI, Ryanair y Jet2.com aparcados en la plataforma del aeropuerto en una imagen de archivo. | JOSE NAVARRO

Las Fuerzas de Seguridad que custodian la entrada de los pasajeros en el aeropuerto de Alicante Elche han expulsado en lo que va de año 86 turistas británicos que habían llegado al aeropuerto de Alicante-Elche sin poder acreditar su residencia en la provincia. Los dos últimos incidentes se han producido esta semana con dos vuelos que arribaron de Manchester y Londres (Luton) con 20 y 11 pasajeros británicos, respectivamente, que fueron conminados a regresar en los aviones que los habían traído al no presentar el justificante de residencia. La Policía les requirió la documentación pero solo pudieron presentar la PCR negativa. Parte del pasaje admitió que llegaban como turistas convencionales y en el caso de los otros, estos manifestaron que nadie les advirtió en el aeropuerto de origen de la prohibición.

Desde que arrancaron las restricciones a los viajes de los británicos por el covid a finales de 2020, la Policía ha impedido la entrada a 86 turistas británicos por no poder demostrar su residencia. Setenta mil británicos tienen una vivienda en la provincia, y son los únicos que pueden moverse con libertad entre el Reino Unido y la Costa Blanca. Los pasajeros que no pudieron entrar en la provincia mostraron su indignación pues, al aparecer, entre los viajeros obligados a volver había una pasajera que aseguró que el motivo del viaje era visitar a su padre ingresado en un hospital. Otras «justificaciones» fueron venir a aprender castellano o a visitar a un familiar.

La instrucción en la terminal es que se controle al 100% del pasaje de los aviones que aterrizan desde Gran Bretaña por lo que la Policía comenzó la rutina en ambos vuelos. PCR, y, en el caso de los británicos, la documentación que acredita que tienen su residencia en la provincia o, lo que es lo mismo, que están empadronados, porque tampoco vale en este caso tener alquilada una vivienda. La sorpresa llegó cuando 31 pasajeros no tenían el justificante. Muchos apuntaron que nadie les había informado de este extremo en el aeropuerto de origen pero la norma es la norma. Entraron por una puerta e, inmediatamente, salieron por la otra rumbo al embarque del avión que les había traído y en el que regresaron a su ciudad de origen. Fuentes conocedoras de la operativa que se realiza en la gestión con los pasajeros británicos mostraron su extrañeza ante el tamaño del incidente. «El fallo se produjo en origen y la verdad es que es extraño porque en estos casos la compañía debe asumir los gastos si su pasajero no puede entrar en la provincia. Alojamiento y manutención hasta que les puede acomodar en otro avión de regreso, complicado en tiempos de covid al haberse reducido los enlaces», apuntaron las fuentes.

Sanidad Exterior ha realizado cerca de mil tests de antígenos a otros tantos pasajeros que han llegado al aeropuerto desde el 23 de noviembre de 2020, día en el que comenzó a ser obligatorio entrar en España, sin llevar una PCR con resultado negativo para frenar la expansión del covid. De las pruebas realizadas a los viajeros interceptados, (control aleatorio), cuatro dieron positivo y fueron derivados a la Conselleria de Sanidad y multados, como mínimo con 3.000 euros, importe de la sanción tipificada como leve. Las multas por entrar sin PCR pueden llegar, incluso, hasta los 600.000 euros en función de la gravedad de las consecuencias sanitarias provocadas por el pasajero afectado. El Gobierno no puede impedir la entrada en España a ningún ciudadano europeo del espacio Schengen, pero si da positivo en covid debe ser tratado en un hospital.

Turismo ratifica que el primer semestre es «malo y complicado»

El secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, señaló que «durante esta Semana Santa la esperanza está depositada en el movimiento de los propios valencianos». A su juicio, «el mercado doméstico va a moverse porque hay ganas, pero nos preocupa la capacidad de resistencia de las clases medias, necesarias para el mantenimiento de sectores como el turístico». En referencia a las previsiones de Semana Santa, apuntó que «no va a ser una Semana Santa cargada de turismo extranjero. Vamos a tener un primer semestre malo, complicado y difícil», pero también aseguró que «el segundo semestre del año será el del resurgir», aseveró Colomer.

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