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Cuando el virus se resiste a irse

Dos afectadas por covid persistente relatan la merma en su calidad de vida y la incapacidad para su actividad laboral

Sofía, joven alicantina afectada de  COVID persistente desde hace ocho meses

Sofía, joven alicantina afectada de COVID persistente desde hace ocho meses Álex Domínguez

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Sofía, joven alicantina afectada de COVID persistente desde hace ocho meses J. Hernández

Activa y deportista, el covid ha cambiado la vida a Sofía Morales, máster de Administración de Empresas a falta de completar las prácticas cuando mejore en sus síntomas. Pasó la enfermedad en septiembre, casi asintomática, solo con pérdida de gusto y olfato. Al mes de salir de la cuarentena empezó a sufrir fortísimos dolores en las piernas con quemazón hasta el punto de no poder andar. Llegó a tirarse una semana en la cama por la debilidad. Mónica Sellés de 46 años, técnico en animación sociocultural en un centro de mayores, se contagió en octubre y sigue de baja por los mareos que sufre a diario y la fatiga. «Es como que te desconectan», señala. Ambas sufren covid persistente.

El 15% de los pacientes de SARS-CoV-2 tienen síntomas pasados seis meses de la enfermedad, lo que merma su calidad de vida y les incapacita para ejercer en condiciones su actividad laboral. Fiebre, cansancio, dolor articular, conjuntivitis y pérdida de audición son algunos de los problemas que persisten. Los pacientes piden que se investigue más y creen que falta información. Por ello recurren a la guía clínica para la atención al paciente «long covid» de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), a vídeos y grupos de internet para buscar respuestas a sus dolencias.

Cuando el virus se resiste a irse

El departamento de salud del Hospital de Sant Joan prepara la puesta en marcha, en sus centros de salud, de consultas específicas para atender a personas con síntomas persistentes de coronavirus. Mientras arrancan estos protocolos específicos, ya hay asociaciones de pacientes , una de ellas en la Comunidad. «Entré en el grupo de Covid Persistente España, conté mi experiencia y encontré a gente de todas las edades», explica Sofía Morales, que sigue «lidiando con síntomas y secuelas». «Aunque no hay evidencias científicas queremos que se nos dé luz, que se investigue y el día de mañana podamos tener un tratamiento, y recuperar nuestras vidas. Esto causa mucho estrés. Psicológicamente no estoy bien porque es como decir que he perdido mi vida con 26 años. Tenemos ansiedad por la enfermedad, no estamos inventando. Somos miles de personas en España y un millón en el mundo». Apenas tiene vida social, «no puedo quedar porque no me dan las piernas, no tengo agilidad. Y ese cansancio... Estoy triste por la situación que tengo. La mejoría va muy lenta y no se ve la luz al final del túnel. Aparte de la incertidumbre al ser un virus nuevo». Su vida transcurre entre la medicina integrativa, ya que prueba «a la desesperada» con diferentes médicos y la rehabilitación. No puede correr, ni saltar ni subir escalones y le sigue costando andar pero ha avanzado desde que su padre la cogió a cuestas para llevarla al neurólogo porque no se tenía de pie. A causa de la bajada de defensas por el covid contrajo otros virus como herpes, citomegalovirus o epstein-barr.

En el caso de Mónica Sellés, tampoco paraba: trabajaba ocho horas, estudiaba, iba cada fin de semana a Madrid a clases...Su covid fue más fuerte. «Tuve de todo, dolor de cabeza, de cuerpo muy intenso, fiebre, mareos, dolor de tórax, de oídos, de las cuencas de los ojos, de cuello...Pero nunca perdí el olfato y el gusto», explica. También notaba una gran opresión en el pecho que ha ido cediendo, pero persisten los mareos y la falta de energía, que a veces le impide hablar, algo muy chocante para ella que solía cantar a los ancianos en el centro de mayores. «La doctora me dijo que fuera haciendo vida normal muy poco a poco, que no me forzara. Empecé a dar paseos pero a veces necesito sentarme donde me pilla, incluso en la acera. Es un mareo que no te caes pero empiezas a ir más lenta, y necesito recuperar sentada, porque de pie te empieza a temblar el cuerpo y pierde estabilidad». Una amiga le envió vídeos de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria «y hay muchísimos testimonios de personas que se infectaron hace más de un año. Al verlo me relajé un poco porque a veces piensas que te estás volviendo loca. De ahí he extraído la información de lo que es el covid persistente. Hay mucha gente que está como yo, y no les han mantenido la baja».

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