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Proyecto Hombre trata cada vez más casos de violencia en el ámbito familiar

Casi la mitad de los usuarios sufre adicciones y enfermedades mentales, y llegan pacientes con órdenes de alejamiento de padres y hermanos

La Fundación Proyecto Hombre de Alicante trata cada vez más casos de violencia de hijos a padres

La Fundación Proyecto Hombre de Alicante trata cada vez más casos de violencia de hijos a padres

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La Fundación Proyecto Hombre de Alicante trata cada vez más casos de violencia de hijos a padres J. Hernández

La Fundación Noray Proyecto Hombre de la provincia trata cada vez más casos de violencia en el seno de las familias, sobre todo de hijos a padres y hacia hermanos, conductas agresivas que además la pandemia ha intensificado. Según el presidente de la fundación, Luis Corno, casi la mitad de los usuarios de los centros que la fundación tiene en Alicante y Elche recibe tratamiento simultáneo por adicciones y enfermedad mental, la denominada «patología dual», que hasta hace unos años era «residual». A Proyecto Hombre llegan también pacientes con órdenes de alejamiento impuestas por los jueces sobre padres y hermanos. Recientemente se celebraron en la Universidad de Alicante unas jornadas promovidas por el Síndic de Greuges, en las que jueces y educadores alertaron del progresivo aumento del maltrato de los hijos a sus padres, y que la Comunidad Valenciana es la segunda con mayor incidencia con una avalancha de casos al acumular 800 expedientes de los 4.600 registrados en España.

Detrás de esta conflictividad, señala Corno, están el adelanto del umbral de las adicciones, que en el caso de drogas blandas como el cannabis está en los 13 años y medio, edad en la que la parte frontal del cerebro, asociada al pensamiento abstracto y la madurez, se está formando; así como la «manipulación sistemática» tanto de la citada hierba como de las pastillas de cristal que toman algunos jóvenes «que cuestan 5 euros y que mezclan anfetaminas, benzodiacepinas, talco, aspirina y otras sustancias». «Se cometen delitos aberrantes como consecuencia de trastornos mentales que de forma cada vez más frecuente están asociados al consumo de sustancias adictivas. Esa relación está claramente acreditada. Cuanto mayor es el destrozo neuronal más difícil es salir de ahí. Asistimos a un panorama devastador». Incide sobre todo en el cannabis, «que anula la capacidad de controlar los impulsos. Las personas que lo consumen tienen una gran rabia por dentro contra sí mismos y fisiológicamente no pueden controlar su agresividad». La psicóloga y terapeuta María Aznar incide en la correlación entre consumo de cannabis y brotes psicóticos, y señala que son casos de peor pronóstico y con mayor problemática asociada, llegando a producirse en menores de 25 años deterioro cognitivo. El 69% de los jóvenes que atienden, es decir, siete de cada diez, es por consumo de cannabis: hasta los 23 años y sin límite de edad por debajo.

La entidad ofrece diversos programas de ayuda a personas con adicciones y a sus familias. Pilar Cortés

Corno, por su parte, afirma que el maltrato en las relaciones de filiación es más numeroso y menos reconocido que otros tipos de violencia; y cuestiona la escasa protección de las familias por parte de las administraciones. «Solo se denuncia el 15% de agresiones de hijos a padres, que no ven en ellos a delincuentes sino a enfermos, que es lo que son realmente. En las relaciones paternofiliales hay un factor, el vínculo, que es irrompible. El Estado no brinda la suficiente protección. No hay instituciones que atiendan trastornos mentales en la adolescencia».

A Proyecto Hombre llegan pacientes al límite, señala su directora Consagración Jareño. «Cuando una adicción entra en el sistema familiar rompe los roles, la comunicación y hay sufrimiento. Vienen familiares muy agotados». La fundación atiende en sus centros de Alicante y Elche a 700 personas, de ellas 300 usuarios con adicciones, la mayoría en programas ambulatorios, y unos 50 en la comunidad terapéutica, es decir, residentes que duermen en las instalaciones. El resto, unas 400 personas, son familiares. «La media de edad de los pacientes hombres es de 38 años, con padres con más de 70, soportando tres décadas de adicción de sus hijos». Cuando una persona con adicción es violenta, «no la paran ni sus padres, ni su pareja ni sus hijos». En situaciones extremas, los padres denuncian «porque tienen miedo pero también porque ven que peligra la vida de su hijo. La mayoría quieren quitar la denuncia a los dos días pero no se puede porque los que nos llegan tienen sentencia firme».

Uno de los grupos de terapia de la Fundación Noray Proyecto Hombre, ayer.

La fundación nació hace 27 años entonces por la adicción a la heroína y en este tiempo ha atendido a 30.000 personas entre usuarios y familiares, además de otros 25.000 en programas de prevención. Cuenta con medio centenar de profesionales y otros tantos voluntarios también expertos pero que no reciben remuneración. Además del aumento del consumo de cannabis entre los jóvenes, el principal problema de los hombres adultos es el consumo de cocaína; y el de alcohol y pastillas tranquilizantes en las mujeres.

Adicción a la tecnologías desde los 13 años

Proyecto Hombre implica a los padres y madres en el abordaje de las conductas atípicas en menores

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El uso excesivo de las tecnologías de información y comunicación, es decir, de las redes sociales, el móvil y las pantallas es también una adicción que va a más entre los más jóvenes, con conductas de abuso desde los 13 años. Esta problemática afecta al 21% de los adolescentes que atienden en la fundación, con casos incluso de juego y apuestas, sobre todo entre los chicos mientras que ellas suelen sufrir problemas de realidad paralela y sobreexposición en redes. «Proyecto Hombre se centra en la persona, en qué le pasa al chaval para estar conectado», explica Consagración Jareño. Estas conductas atípicas se han incrementado en los últimos 3 años, y en algunos casos se suman al consumo de alcohol. Se tratan en familia: en el programa de jóvenes hay 107 chicos y chicas y 156 padres y madres.

Se suma a los demás que ofrece la entidad: abordaje de la patología dual para personas con problemas de adicción y enfermedad mental; programa de prevención de adicciones para jóvenes de entre 13 y 25 años; programa nocturno para quienes consumen cocaína o alcohol en el marco de una vida estructurada; tratamiento de la dependencia al juego; centro de día para personas que consumen en el marco de una vida desestructurada; y asistencia a drogodependientes ingresados en prisión.

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