Entrevista | Antonio Ríos Sarrió MÉDICO PSICOTERAPEUTA

«La sobreprotección que reciben los niños desde hace 20 años los convierte en adolescentes tiranos»

El doctor Ríos, durante su conferencia de la Escuela de Familia en la Fundación Paurides de Elda. | INFORMACIÓN

El doctor Ríos, durante su conferencia de la Escuela de Familia en la Fundación Paurides de Elda. | INFORMACIÓN / PÉREZGIL

Pérez Gil

Pérez Gil

Jueces y educadores alertan del aumento del maltrato de hijos a padres. De hecho, la Comunidad Valenciana es la segunda de España con más expedientes. Para el doctor Ríos la clave para evitar esta problemática radica en corregir los principales errores de la educación de los hijos cuando son más pequeños.

Las charlas organizadas por la Agrupación de APA de Elda en la Escuela de Familia están resultando muy útiles por la visión, experiencia y consejos de los expertos.

¿Cuáles son los principales errores en la educación de los hijos?

Yo siempre hablo de diez: sobreprotección, no confiar en sus capacidades, castigos reiterados y afectivos, compararlos, darles todo lo que pidan, generar expectativas negativas, acceso a tecnologías sin supervisar, ausencia de un código de valores y no educarles al esfuerzo, al trabajo, a la disciplina y al éxito por lo conseguido. Y a estos diez errores yo añado otro, dirigido a los padres, que es no cuidar la relación de pareja.

¿Los padres son culpables del maltrato al que le pueden llegar a someter sus hijos?

Las madres y los padres no son expertos en psiquiatría, psicología y pedagogía y muchas veces, sin querer, cometen errores a la hora de educar a sus hijos que pueden dar lugar a problemas serios cuando se hacen mayores. Por eso hay que prevenir los problemas en las edades más tempranas.

¿Cuál es el gran error?

Los niños no tienen límites y además van probando a los adultos para ver hasta dónde pueden llegar para salirse con la suya. Los límites los tienen que poner los padres y muchos se sienten malos padres si no acceden a lo que la hija o el hijo les pide. Ese es el gran error.

¿Cómo hay que actuar?

La función parental es afectiva pero también educadora. Es la cara y la cruz. Lo que más quieren los padres en el mundo es a sus hijos pero hay que educarlos para que se hagan mayores de forma responsable. Y se educa con afecto, esto es con amor, ternura, apoyo, aprobación y refuerzo positivo, pero también con una autoridad que conlleva normas, límites y responsabilidades.

Entonces, ¿está fallando la autoridad de los padres?

Ejercer esa autoridad es lo que más cuesta a los progenitores y también es lo que los niños van a aceptar con más reticencias. Pero solo con amor hacemos niños sobreprotegidos que tenderán a convertirse en adolescentes tiranos y en adultos débiles. Entre otros motivos porque no se les ha preparado para las dificultades de la vida. Precisamente esa sobreprotección brutal es la que se está produciendo desde hace veinte años en nuestra sociedad y no trae nada bueno.

¿Hay que dejar de proteger?

Protegerlos es legítimo y natural pero sobreprotegerlos para evitarles cualquier conflicto, dolor, sufrimiento, complicación o esfuerzo propio de su edad no es una buena educación. Así se convierten en niños incompetentes.

Pero el exceso de autoridad tampoco es bueno...

Así es. Educar solo con autoridad, límites y normas crea personas resentidas que de adultos son muy estrictas y rígidas e incluso muestran amargura. Por eso los padres deben encontrar el equilibrio. Pero nunca pueden ser amigos de sus hijos, hay que poner límites, y jamás hay que negociar con ellos antes de la adolescencia.

¿Cuál es la misión de los padres?

Preparar a sus hijos para la vida porque no los pueden meter en una burbuja ni protegerlos siempre. Y además hay que hacerlo hasta los 20 años porque a partir de esa edad finaliza la etapa de formación y ya no hay marcha atrás.

Se habla ahora mucho de la falta de valores en la sociedad...

Ese es otro error en la educación de los hijos. No formarlos en un código de valores es malo. Valores como la disciplina, autonomía, solidaridad, esfuerzo, generosidad y el respeto a los demás que es, precisamente, el valor que en la actualidad más en crisis está. Además, los valores que trasmite la familia son los que más perduran en el tiempo.

Alude al esfuerzo...¿Qué le parece que los hijos consigan ahora todo sin esfuerzo?

Acceder a todo lo que piden sin ganárselo como fruto de su esfuerzo es otro tremendo error. La crisis económica de 2008 a 2013 ayudó mucho en el ámbito educativo porque ante las peticiones que hacían los hijos por primera vez escucharon de sus padres: «No podemos comprarlo».

¿Los castigos son efectivos?

Los castigos reiterados no modifican la conducta y atentan contra la autoestima. Con miedo, pena, gritos, lástima y amenazas tampoco se educa. Es mejor aplicar la consecuencia avisada y cumplirla en forma de castigo puntual siempre que se haya advertido antes. Pero el castigo afectivo hay que eliminarlo por completo porque, aunque los padres se muestren molestos con sus hijos, siempre se tienen que sentir queridos. En caso contrario se crean patrones de adulto que vinculan una equivocación con perder el amor de la pareja.

También aconseja no descuidar la relación de pareja...

Efectivamente. La pareja debe tener siempre su tiempo al margen de los hijos para salir, ir al cine, pasear, viajar y mantener relaciones. En la educación de los hijos la pareja debe actuar como un equipo porque llevar adelante el trabajo, la casa, las obligaciones diarias y la crianza puede acabar con el vínculo amoroso.

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