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La inmigración también impulsa el crecimiento demográfico en Alicante durante la pandemia

La llegada de europeos y, principalmente, de latinoamericanos supera la marcha de africanos, sobre todo argelinos, en el primer año del covid

Dos mujeres de origen árabe cruzan una calle de Colonia Requena, el barrio más multicultural de Alicante. | ÁXEL ÁLVAREZ

El covid-19 ha supuesto un terremoto en muchos aspectos de la vida. Ha cambiado tendencias muy asentadas en el ámbito económico y social. Pero hay cuestiones que siguen invariables, pese a la irrupción de la pandemia a principios de 2020. Entre ellas, la caída de la población nacional en la ciudad de Alicante, que volvió a perder peso en el censo por quinta vez consecutiva en el primer año del coronavirus, según los datos del Ayuntamiento de Alicante, a fecha de enero de 2021, publicados en el inicio de 2022.

Dos extranjeros conversan mientras pasean por Playa de San Juan, y viandantes por el centro de Alicante. | ÁXEL ÁLVAREZ/JOSE NAVARRO

Ese estudio revela que la llegada de inmigrantes continúa posibilitando que la ciudad de Alicante siga aumentando su población, al pasar de 347.883 en 2020 a 348.731 en 2021, gracias al incremento de la población migrante en 848 personas (pasando a tener un peso del 17,2% en el total), ante el retroceso de los nacionales.

La inmigración también impulsa el crecimiento demográfico en Alicante durante la pandemia

Estas cifras de crecimiento demográfico en Alicante pese a los profundos cambios que sucedieron en 2020, tras el estallido de la pandemia en el mes de marzo, se sustentan en la llegada, sobre todo, de latinoamericanos y europeos, ante el retroceso de los africanos. Por nacionalidades, Alicante perdió 803 argelinos censados durante el primer año de la pandemia, según los datos ofrecidos por el Ayuntamiento, mientras que recibió a 651 colombianos, 354 italianos, 282 venezolanos y 178 británicos, entre otros. Nacionalidades muy diversas que evidencian un amplio abanico de motivos, con un incremento de población americana (1,1%) y europea (0,9%) y una caída de africanos (1,9%) y asiáticos (0,1%) . Así lo explica el sociólogo Carlos Gómez Gil: «Resulta muy interesante la evolución de la población de Alicante durante la pandemia porque se perciben fenómenos interesantes desde el punto de vista demográfico y migratorio. Es importante comprobar -según el también profesor de la Universidad de Alicante- cómo las migraciones extranjeras, tanto comunitarias como extracomunitarias, siguen siendo el principal elemento que impulsa los crecimientos de la población, manteniéndose la tendencia de retroceso de la población autóctona y de España».

La población de Alicante crece debido a «unas dinámicas migratorias muy complejas que son las que están impidiendo que la ciudad protagonice un declive demográfico, algo negativo desde el punto de vista económico y social», según sostiene Gómez Gil, experto en migraciones, quien recuerda que «durante la anterior crisis financiera [la de 2008] una de las respuestas de la población extranjera fue el retorno a sus países, mientras que desde que se inició la pandemia no parece que se esté viviendo un regreso masivo de muchos inmigrantes, aunque es cierto que todavía es pronto y que la pandemia ha causado una disrupción de la movilidad global que también ha afectado a las corrientes migratorias mundiales».

El sociólogo experto en migraciones pone el foco en cuestiones como la marcha de argelinos, la principal nacionalidad entre los extranjeros en Alicante. «Es llamativo que mientras cientos de argelinos se van de Alicante, seguramente hacia otras ciudades y países con familiares y compatriotas, sigan llegando pateras con personas de este país hasta nuestras costas, incluso con un importante repunte. Alicante es así lugar de llegada, de tránsito y de asentamiento de una de las comunidades de extranjeros que esté atravesando situaciones muy complejas a nivel interno, y procesos de reasentamiento de sus comunidades en el extranjero».

Respecto a las nuevas llegadas a la ciudad en plena pandemia, el investigador Gómez Gil destaca sobre todo el peso de la población hispana: «Latinoamérica está atravesando un retroceso humanitario, de violencia y derechos humanos muy notable que está expulsando a ciudadanos de la esta región y recabando en España. De hecho, en estos momentos son los países latinoamericanos los principales solicitantes de asilo y protección internacional en España, como está sucediendo con venezolanos y colombianos».

En cuanto a los nacionales, que por quinto año consecutivo ceden peso en el balance poblacional en la ciudad de Alicante, la mayoría de autonomías pierden importancia, con dos principales excepciones: la Comunidad de Madrid, que cuenta con 16 personas más empadronadas en la ciudad de Alicante, y Baleares, con un incremento de trece nuevos vecinos. En cambio, la capital alicantina, según los datos oficiales del Ayuntamiento de Alicante relativos al primer año de la pandemia, perdió 322 manchegos, 203 andaluces y otros tantos murcianos, 107 castellanoleoneses y 65 extremeños, entre otras procedencias nacionales.

Estas cifras son las oficiales, las que recogen a todos aquellos ciudadanos que se han empadronado en la ciudad de Alicante, donde además existe una importante bolsa de residentes que no han completado el proceso administrativo. Desde el gobierno municipal, tras el estallido de la pandemia, han subrayado en diversas ocasiones que la ciudad se ha convertido en el destino de personas que han elegido Alicante para teletrabajar, gracias a las condiciones de la capital, desde la meteorológicas a los servicios, como las conexiones con núcleos laborales como Madrid.

Colonia Requena, cada vez más multicultural; la playa, más italiana


Los cambios poblacionales en Alicante tras la irrupción de la pandemia de covid no han generado grandes transformaciones en los barrios. El más multicultural continúa siendo Colonia Requena, en la Zona Norte, donde cada año tiene un mayor peso la población extranjera (ya mayoritaria) frente a la nacional, con principal influencia de marroquíes y argelinos. Tampoco cambia la incidencia de la población italiana en la zona de playas, como San Juan, el Cabo de la Huerta o la Albufereta, donde los transalpinos se sitúan como la principal nacionalidad extranjera, seguidos de los franceses. «La clave de estas dinámicas migratorias está en los procesos de asentamiento social, laboral y ciudadano y aquí hay que destacar que no hay una política municipal clara, precisa y activa en esta materia», explica el profesor Gómez Gil, quien recalca que «los comunitarios siguen concentrándose en los barrios de playas y de mayor calidad de vida, mientras que los extracomunitarios se dirigen a los barrios tradicionales y de la Zona Norte, con procesos de segregación étnica y nacional que habría que esponjar para evitar dinámicas de concentración espacial. En este sentido, los procesos migratorios que vive Alicante siguen confirmando los problemas de cohesión social en los barrios de la ciudad y los procesos de desigualdad social y espacial», según el experto.

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