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Los médicos aplauden que no sea obligatorio usar mascarilla en la vía pública

Los especialistas en Epidemiología y Salud Pública creen que el riesgo de contagio es mínimo mientras se eviten las aglomeraciones

Los expertos avalan el fin de la mascarilla en la calle, pero piden que siga en interiores. | ÁXEL ÁLVAREZ

El próximo jueves la mascarilla dejará de ser obligatoria en el exterior tras el acuerdo alcanzado este lunes entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. Expertos consultados por este diario creen que suprimir el tapabocas en la calle es adecuado, una vez que se ha constatado que esta sexta ola pierde intensidad, y ante el bajo riesgo de contagios por covid en exteriores. Sin embargo, piden cautela a la hora de plantearse la supresión de la mascarilla en interiores, pese a la mejoría de la pandemia.

«Llevar mascarillas en la calle servía de poco o de nada, salvo que hubiera una aglomeración de personas, donde sí es necesaria para evitar los contagios. Ponerla más bien una medida estética para dar la sensación de que se estaba haciendo algo frente a la pandemia», destaca Juan Francisco Navarro, presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Preventiva. Para este profesional, lo importante es mantener a raya los interiores, espacios en los que se ha demostrado que hay más posibilidad de que se produzcan contagios. «La mayoría de los establecimientos lo hacen bien y mantienen las medidas de distancia y ventilación, pero hay que ser muy vigilantes y no aflojar el uso de la mascarilla en estos espacios porque sino nos vamos a encontrar con problemas».

Para el catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, Ildefonso Hernández, quitar la mascarilla en exteriores en este momento también es oportuno. «Esta medida se tomó cuando había muchas dudas de como sería la sexta ola. Ahora, una vez que se ha consolidado el descenso de la incidencia acumulada y de las hospitalizaciones, lo correcto es quitarla». También cree Hernández que su eliminación en espacios interiores se tienen que hacer con mucha más cautela. Apuesta este experto por un marco normativo en función de las características de cada espacio. «Habrá entornos en los que se podrá quitar del todo como es el caso de los colegios y otros en los que el uso de la mascarilla será indefinido, por ejemplo en el interior de un centro de salud, donde puede haber enfermos con sospecha de infección respiratoria con otros vulnerables». Algo similar ocurre con los centros de trabajo. «No es lo mismo un almacén de siete metros de alto y con varias puertas siempre abiertas que una oficina pequeña y mal ventilada donde todos los trabajadores son mayores».

Cautela pide el epidemiólogo José María López Lozano a partir del jueves, cuando la mascarilla deje de ser obligatoria en exteriores. Una medida que ve acertada, «siempre que la gente sea prudente y vigile muy bien el contacto físico cuando se encuentre en la calle con otras personas». Respecto a su uso en interiores, este profesional es optimista y cree que si no hay ningún contratiempo con otra cepa de coronavirus, en primavera nos podríamos olvidar de esta prenda de protección «y recuperar una vida normal, ya que gracias a la ómicron va a ser mucha la población que ha pasado la enfermedad».

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció la pasada semana el fin de la mascarilla en la calle durante un acto en València. Tras este anuncio, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se mostró partidario de la obligatoriedad del uso de mascarilla en exteriores porque «es un símbolo de que la pandemia está entre nosotros». Puig defendió que las mascarillas «han sido sin lugar a duda uno de los elementos clave para superar la pandemia» y «el gran protector que hemos tenido», al tiempo que ha insistido en que el coronavirus «continúa entre nosotros».

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