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Javier Larrauri: «Si tenemos que empezar de cero aquí, empezaremos de cero»

El profesor de español en Kiev viajó hasta Alicante con su familia huyendo del conflicto y desconoce cuándo volverá a Ucrania

Javier Larrauri: «Si tenemos que empezar de cero aquí, empezaremos de cero»

Javier Larrauri: «Si tenemos que empezar de cero aquí, empezaremos de cero» Héctor Fuentes

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Javier Larrauri: «Si tenemos que empezar de cero aquí, empezaremos de cero» Javier Segura

Para la vacaciones tras meses de trabajo en Kiev tenían preparado un viaje a Alicante en familia, un asueto de vuelta a su país para el madrileño Javier Larrauri, aunque al parecer ahora la estancia deberá alargarse de manera forzada. Huyen del ataque que Rusia está perpetrando en Ucrania. Larrauri tiene establecida su vida allí, trabaja como profesor de español en el Liceo Francés de Kiev, una labor que desempeñaba con normalidad hasta que el pasado día 20 hizo las maletas y tomó un vuelo junto a su mujer y dos hijos que les permitiera escapar de lo que en aquel momento era una tensión diplomática que iba escalando, aunque desde el 16 o 17 la cosa ya pintaba muy turbia».

La previsión hizo que esta familia comprara los billetes con antelación, una elección que les permitió salir, justo para el día que tenían asignado, pues pese a que lo intentaron, incluso cambiando el aeropuerto de destino, ya no había opción de adelantarlo, ya que un gran número de población había optado por seguir los mismos pasos. El propio Larrauri cuenta a INFORMACIÓN que «el avión venía lleno de familias». Por el momento descartan utilizar los billetes de vuelta que tienen programados para el 6 de marzo dada la situación. «Si se quedan los ocupantes rusos e imponen su régimen nadie querrá volver en su sano juicio. No vuelvo para vivir en una dictadura, lo tengo clarísimo», sentencia este profesor.

El piso que tenían alquilado en Kiev está situado entre dos colegios, por lo que confía en que no se vea afectado. Pese a ello «hemos traído un poco más de ropa de la cuenta y los papeles importantes como el libro de familia y los certificados de nacimiento de los niños, aunque allí tenemos nuestras pertenencias, los juguetes, todo. Nos hemos traído ropa para aguantar unas semanas, unos meses, pero si tenemos que empezar de cero aquí, empezaremos de cero». 

Ahora se han asentado en Alicante, la ciudad en la que Larrauri veraneaba desde hace 15 años y que se ha convertido en su residencia de manera casi improvisada, junto a la de su familia, por el momento por tiempo indefinido, pues no saben cuánto más vivirán alejados de su día a día a miles de kilómetros de distancia. El siguiente paso es escolarizar a su hijo mayor, de cuatro años y medio, un proceso que empezarán la próxima semana. Hasta su nueva ubicación ha acudido su madre desde Madrid para visitarlos, «está muy preocupada pero muy contenta de que hayamos venido a tiempo», mientras que sus hermanas «estaban aterrorizadas».

Larrauri también tendrá que ver cómo retomar su trabajo, para lo que se plantea continuar impartiendo clases en línea, como se ha hecho en tantos lugares cuando la pandemia fue incipiente, aunque todo está por ver. El profesor explica que esta podría ser una opción dado que la mayoría de sus alumnos también habrían salido de Kiev para refugiarse en sus países de origen.

Otra de las preocupaciones con las que ahora viven Javier Larrauri y su mujer, de origen ucraniano, es su familia, que ha optado por permanecer en su hogar, aunque residen en un pueblo «tranquilo» y «lejos de cualquier sitio importante», por lo que no esperan ataques que les puedan afectar, en caso de que hubieran decidido desplazarse «tampoco tendrían a dónde ir». Sin embargo, su cuñado, que realizó el servicio militar para el país, corre el riesgo de que sea enviado al frente, «todos los hombres que han hecho la mili pueden ser movilizados y más aún en esta situación».

La información que les llega de familiares y amigos es desoladora, «los ucranianos se están defendiendo como pueden, también había gente que se iba a armar con armas de caza, llevaban un mes mentalizadas de que esto iba a pasar». Ahora empieza una nueva etapa, la del alivio de estar a salvo del conflicto bélico, la del padecimiento por aquellos que se quedaron y la de la esperanza por que todo esto acabe lo más pronto posible.

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