La comunidad ucraniana en Alicante teme lo peor en su país. No son pocos los residentes de esta región europea que tienen establecida su casa en la provincia, a miles de kilómetros de su tierra natal y que ha despertado con bombas en distintos puntos del país. Sin embargo, la tensión por el conflicto ha traspasado fronteras, no ha importado que varios vuelos se hayan cancelado, la información de los familiares es suficiente para sentir el mismo miedo, especialmente por los seres queridos que allí residen.

El sentimiento general de estos vecinos es similar. Angela Grubalska, una vecina de Alicante afirma que «ya lo veíamos venir», pero ‘miedo’ y ‘preocupación’ son las palabras que más se escuchan cuando hablan sobre el tema. Angela añade que «no hay ucraniano que no llore» durante estos últimos días, aunque especialmente en las últimas horas, cuando las bombas se dejan notar en varias ciudades. Hay quien intenta huir, pero seguir las instrucciones del gobierno y permanecer en casa parece ser la opción más factible

Angela y su familia, sin embargo, saben bien de lo que hablan, lamentablemente ya conocían la situación, son naturales de Donesk, de donde también tuvieron que huir hace años para asentarse en otras ciudades más alejadas, en este caso cerca de la frontera con Polonia. Ahora, de poco les ha servido, pues explica que pese a que el objetivo principal son las bases militares, estas «no están lejos de las viviendas» y añade que su hermano ha preferido no quedarse de manos cruzadas y ha acudido al frente para combatir a los rusos.

Ahora, estos residentes tratan de traer hasta aquí a sus familias, un proceso que también tiene su dificultad, por una parte por motivos burocráticos, mientras que las comunicaciones aéreas también se han visto reducidas. Angela ya lo ha intentado, pero también quiere que más personas lo consigan y se ha ofrecido como traductora voluntaria en una ONG, para entre otras labores, ayudar a solicitar asilo en España.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística reflejan que la provincia alicantina acoge a 11.506 ucranianos según el censo de 2021, una cifra considerable que destaca a nivel nacional, pues es la tercera más grande de toda España. Un dato similar es el de la comunidad rusa, que según la misma fuente cuenta en la provincia con 16.543 rusos, el mayor número de todo el estado.

Estos datos, junto a todos los factores que comparten ambos países, hacen que ambos se mantengan unidos en la provincia, no son pocos quienes comparten amistades y pese a la tensión del momento, la política no interfiere, al fin y al cabo todos están lejos de sus ciudades natales. Angela matiza, «no todos los rusos son iguales», unas palabras con las que coincide Antonina, también de origen ucraniana y añade que todos «somos extranjeros, trabajadores». Por su parte, también ha decidido actuar al respecto y ya plantean algún tipo de movilización, junto al envío de ropa o cualquier otra ayuda. Ambas coinciden en la percepción que tienen del presidente ruso, Vladimir Putin, mientras que una lo compara con otros dictadores, «es peor que Hitler», otra exclama, «está enfermo».

Respecto a una posible resolución del conflicto próxima, las esperanzas se disuelven, «han tenido tiempo para negociar», aunque al parecer sin éxito, lamenta Antonina.

Pese a la buena convivencia de ambos residentes en la provincia, este medio no ha podido ponerse en contacto con vecinos rusos, los cuales han declinado hacer declaraciones.