Un cartel de lujo que combina calidad y cantidad y que hace las delicias de los amantes del toreo con un espectáculo único que lo convertirán en todo un hito para la posteridad. Las nuevas generaciones llevan a la plaza la herencia de sus antecesores con la personalidad que les caracteriza.

Dinastía de toreros largos

La dinastía comenzó con Paquito Esplá y continuó con Luis Francisco y Juan Antonio. / carratala

La de los Esplá es, sin duda, una de las dinastías toreras con más impronta que ha dado la tauromaquia local y que con sello más marcado se ha proyectado al orbe taurino.

Santiago Esplá, uno de los últimos en el árbol genealógico / pilar cortés

Desde su iniciador, aquel Paquito Esplá que fuera feliz prólogo a la época de oro del toreo en Alicante, con El Tino y Pacorro, hasta las últimas ramas del árbol genealógico, Alejandro y Santiago, pasando por los dos miembros más brillantes, Juan Antonio y, sobre todo, Luis Francisco. Toreros de todos los tercios, en Vistalegre, torerísima placita de toros del barrio de Los Ángeles demolida en 2010, aprendieron los entresijos de la lidia en su más amplio concepto.

Linaje a caballo

Ginés Cartagena / Manuel Lorenzo

A finales de los 80 aparecía en el mundo del rejoneo un pelirrojo caballero que iba a ayudar a revolucionar el arte de Marialva con un concepto espectacular de la lidia a caballo. En pocos años Ginés Cartagena y su caballo Whisky se hicieron un hueco en tan comprometido escalafón, y solo un inesperado accidente en noviembre de 1995 pudo truncar una carrera tan brillante.

Andy Cartagena tomó la alternativa en Castellón en 1997 / Axel álvarez

El día de su entierro, un jovencísimo sobrino, de nombre Andy, se dejaba ver como futuro heredero del finado. En mayo del año siguiente debutaba en el homenaje a su tío en Nimes, y en marzo de 1997 tomaba la alternativa en Castellón, dando comienzo a una fructífera carrera que este año permite cumplir a Andy Cartagena 25 temporadas en la élite.

Con el sello del empaque

Pepe Dols brillara como torero de plata en los años 50 y 60 / carratala

El apodo Manzanares es sinónimo de empaque y elegancia. Desde que Pepe Dols brillara como torero de plata a las órdenes de los mejores espadas de la ciudad en los años 50 y 60, la dimensión mundial de su hijo José Mari y de su nieto, el Manzanares de más rutilante actualidad, ha llegado a todos los rincones del planeta taurino.

José Mari Manzanares / Chema Moya

Con la incursión rejoneadora del nieto Manolo incluida y del hijo Pedro en labores empresariales. José María Dols Abellán acabó como el diestro que más toros mató en el siglo XX, y su hijo aumentó, al menos en triunfos, tan importante fama. La impronta manzanarista supone una personalidad muy caracterizada por la elegancia, el empaque y un poso toreros que a nadie pasan inadvertidos.

Sangre gitana y torera

Ramón Escudero surgió a finales de los 80 como promesa novilleril. / RAFA ARJONES

Ramón Escudero asombró a propios y extraños a finales de los años 80 cuando surgió como promesa novilleril luciendo unas formas tan personales como hechizadoras. De siempre, los toreros gitanos, como él, habían destacado por un «duende» especial en su toreo. Y aquel Ramón Escudero, irregular como los de su raza, encandiló a toda la afición alicantina interpretando el arte de Cúchares como un auténtico elegido.

Borja, hijo de Ramón Escudero, actuará en esta feria taurin

Su hijo Borja parece que quiere llegar a la profesión por semejante camino, y en esta feria tratará de demostrar ante sus paisanos que su toreo bebe de los mismos profundos misterios que el de su progenitor.