El 2022, hasta el momento uno de los años más calurosos de la historia, se ha cobrado siete veces más víctimas mortales por las altas temperaturas que por los accidentes de tráfico en la Comunidad Valenciana.

En concreto, en lo que va de año 361 personas han perdido la vida por exceso de calor. Son los datos arrojados por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria por todas las causas (MoMo), un estudio llevado a cabo por el Instituto de Salud Carlos III y coordinado por el Ministerio de Sanidad. En el mismo periodo de tiempo, la DGT confirma que son 54 los fallecidos como consecuencia de siniestros en el territorio valenciano.

Unas cifras especialmente preocupantes si se comparan con los de años anteriores. Los fallecidos a consecuencia del calor en los primeros nueve meses de 2022 ya superan a la totalidad de personas que perdieron la vida por la misma causa en todo el 2021 (281) y en el 2020 (353).

Los datos de la Comunidad Valenciana del presente año también superan la media nacional, que se sitúa en 304 fallecimientos por estas causas. Una estadística que no hace referencia a los decesos causados únicamente por golpes de calor, sino también contabiliza la muerte de personas con patologías previas que se hayan visto agravadas por las altas temperaturas.

Una mujer se abanica junto a un termómetro durante la cuarta ola de calor del verano. JUANI RUZ

Para el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, el Catedrático de Análisis Geográfico Regional Jorge Olcina, "no es de extrañar que se esté produciendo este número de víctimas tan elevado porque como ha reconocido la propia Agencia Estatal de Meteorología este es el verano más cálido desde que hay registros".

Olcina cree que no hay duda en que el de 2022 ha sido el periodo estival más caluroso desde al menos 1950, ya que "hemos tenido siete oleadas de aire sahariano desde el mes de junio hasta finales de agosto" y considera que estas condiciones afectan especialmente a personas con alguna dolencia o enfermedad, así como a aquellas de edad avanzada.

El catedrático recuerda que estos últimos meses han sido especialmente calurosos ya que han presentado altas temperaturas de una forma prácticamente continua, con numerosas noches ecuatoriales que, según los datos de la UA, van a batir un nuevo récord: 90 noches por encima de 25º entre mayo y finales de agosto.

Además, el exceso de las temperaturas también se ha hecho notar en el mar: el calor acumulado del Mediterráneo también ha marcado un récord al superar los 30º en algunos días del mes de agosto.

"Un tráiler del futuro"

Para Fernando Maestre, director del Laboratorio de Zonas Áridas y Cambio Global de la UA, "lo que hemos vivido hasta ahora ha sido el tráiler de la película y el clima del futuro que lo tenemos aquí ya". El investigador considera que "lo que tenemos que hacer es empezar a prepararnos y adaptarnos al nuevo clima" que vamos a tener en los próximos años.

Para ello, un aspecto clave que "hay que tener en cuenta desde ya, especialmente los ayuntamientos" es el de dotar a las ciudades de más sombra. Maestre afirma que han proliferado los espacios públicos y las plazas "duras", sin prácticamente vegetación, que se vuelven impracticables y defiende que "una de las principales medidas para rebajar las temperaturas es poner más árboles, que además ayudan a tener una mejor calidad del aire y tienen numerosos efectos positivos en nuestra salud".

El investigador sostiene que "a partir de ahora habrá determinados trabajos que no podrán hacerse a ciertas horas del día", especialmente aquellos que requieran esfuerzo físico, y recomienda tener más en cuenta las habituales recomendaciones estivales, como salir el menor tiempo posible en momentos de máximas temperaturas, especialmente los grupos de mayor riesgo.

"El calor mata". Una realidad que para Maestre "supone un problema que tenemos que tomarnos muy en serio" y poner en práctica medidas para adaptarnos "al clima del futuro" que, a juicio del investigador, "lamentablemente ya lo tenemos aquí".