Superar el C2 de valenciano es todo un hito para los aspirantes uno y otro año. Se ha convertido en una empresa harto complicada.

Las centrales sindicales consultadas por este diario admiten que es un hueso demasiado difícil de roer, a la vista de ejemplos de profesionales de la enseñanza que, pese a hablarlo con fluidez y desde hace muchos años, no ven la forma de hincarle el diente de forma definitiva.

Las pruebas de valenciano arrojan más suspensos este año ISABEL RAMÓN

Pero Educación se lava las manos. Afirma que no le compete diseñar las pruebas y que lo hacen profesionales acreditados que siguen la normativa europea.

Suspensos

En la reciente convocatoria, el descalabro de suspensos alcanza al 38% de los presentados, casi uno de cada cinco, lo que aumenta la cifra en algo más de cinco puntos sobre los resultados del año pasado.

El mayor interés de los aspirantes por obtener este certificado se limita en realidad a sumar un mérito más, porque hasta el momento el requisito de la lengua se circunscribe al C1 de valenciano.

Pero precisamente porque el C2 va a más allá de lo exigido, a modo de enseñanza superior, entre los aspirantes que hayan podido superarlo y que la Conselleria de Educación cifra a preguntas de este diario en un 62,3%, circula la intención de marcarlo como un posgrado entre los posibles méritos que puedan engordar la convocatoria de estabilidad docente sin oposición y para la que Educación oferta 7.555 plazas en la Comunidad.

Aunque reglamentariamente no sea un posgrado porque su apartado correspondiente es el de idiomas, los interesados lo consideran a nivel de un máster porque no se exige, como si de estudios superiores se tratara, y así lo van a hacer constar en su autobaremación, según han hecho saber a este diario.

Méritos

Como nivel de idioma, dado que el certificado es de la Junta Qualificadora y no de la Escuela Oficial de Idiomas, Educación no lo ha incluido entre los méritos a considerar para igualar la convocatoria de estabilidad docente al resto del territorio nacional, como explicaron en su día frente a las protestas que trasladaron los representantes docentes.

Clase de valenciano Pilar Cortés

Preguntada la conselleria por el elevado número de suspensos en la prueba oral del C2 de valenciano, los responsables educativos sopesan que el porcentaje es similar al de la convocatoria anterior, el año 2021, que arrojó un 67,8% de aptos entre los presentados, 5,5 puntos más que ahora.

Europa

Desde Educación valoran que el C2 es el nivel superior de la certificación en el conocimiento de idiomas, y que la prueba de la Junta Qualificadora se diseña sobre los niveles de exigencia que contempla el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas -que es el estándar europeo para medir el nivel de comprensión y expresión oral y escrita en una lengua a la hora del aprendizaje, la enseñanza y su evaluación-, en este caso para el C2.

Afectados que se han puesto en contacto con este diario elevan los suspensos por la Junta Qualificadora “alrededor del 95%”, señalan, dato que desde la conselleria niegan de plano para concretar que, tras la corrección parcial de la prueba de C2, en lo que al oral se refiere, y a falta de la expresión e interacción escritas, el porcentaje de aptos asciende al 62,3% de las personas que se presentaron.

Independientes

“No corresponde a la conselleria intervenir en formar alguna sobre los resultados de una pruebas de certificación de idiomas que son diseñadas y corregidas por profesores independientes y expertos en valenciano”, abundan desde Educación, frente a la posibilidad reclamada por los interesados, -que prefieren mantener su anonimato-, de ajustar una pruebas que año tras año muestran una dificultad elevada para quienes utilizan el valenciano como lengua vehicular y habitual.

Desde la conselleria insisten en que el diseño de estas pruebas se regula por normativa autonómica “que se adapta a la legislación estatal y europea sobre la certificación de conocimientos de idiomas”. Además de recalcar que es “un proceso totalmente independiente, en el que la conselleria no interviene para nada, ni en la confección ni tampoco en la corrección de las pruebas”.

Especifican que la Junta Qualificadora cuenta con una comisión evaluadora formada por profesorado de valenciano, que son los que diseñan las pruebas “y establecen el nivel de dificultad en cada nivel de acuerdo al marco europeo para el conocimiento de valenciano”.

La corrección la levan a cabo profesores de valenciano de la enseñanza pública “totalmente independientes -aseguran desde Educación- y que conocen perfectamente el nivel a exigir en estas pruebas de certificación, no solo por su titulación y experiencia” en la docencia del valenciano, sino porque también la Junta “les forma en la aplicación de la evaluación de las pruebas” que contempla la normativa europea.