El cambio climático deja hasta 150 noches tropicales en un año en Alicante

El litoral y prelitoral de la provincia registró temperaturas muy altas de manera continuada de junio a septiembre, con más de 90 días de calor intenso, tras una primavera de lluvias excepcionales

Una playa del sur de la provincia las pasadas Navidades, con personas vestidas de Papá Noel junto a otras tomando el sol en bañador.

Una playa del sur de la provincia las pasadas Navidades, con personas vestidas de Papá Noel junto a otras tomando el sol en bañador. / ÁXEL ÁLVAREZ

El año 2022 fue el más cálido en la provincia de Alicante desde que hay registros, confirmando una vez más la progresiva tendencia de ascenso térmico que se viene dando en época reciente. Lo confirmó hace unos días la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunidad Valenciana y lo corroboran también los datos pormenorizados a escala local que ofrecen entidades como la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet), a través de su red de observatorios, que muestran cómo en la costa y las zonas más próximas a ella más de un tercio de las noches fueron tropicales, es decir, con mínimas por encima de los 20 grados. En algún punto, las noches cálidas llegaron a ser 150.

Ese fue el caso de Benidorm, donde todas las noches de julio y agosto fueron cálidas, así como todas las de junio excepto dos, al igual que en septiembre, e incluso en octubre tan solo se bajó de los 20 grados en 11 madrugadas. Pero también en Alicante capital se registraron 145 veladas con temperatura alta, y 130 en Dénia, 125 en Santa Pola, 124 en Altea, 121 en Orihuela... A grandes rasgos, el termómetro no bajó de los 20 grados en prácticamente ningún momento entre el 1 de junio y el 30 de septiembre en todo el litoral y prelitoral alicantino.

En el interior las noches tropicales fueron obviamente menos, pero aun así llama mucho la atención que se registraran 69 en Balones, en El Comtat, una localidad situada a 660 metros de altitud. Lo mismo ocurre con las 65 madrugadas cálidas contabilizadas en Agres, las 57 de Benillup o las 53 de Ibi. Incluso en el santuario de la Font Roja de Alcoy, en una umbría en plena montaña y a 1.050 metros sobre el nivel del mar, el termómetro se quedó por encima de los 20 grados en 42 ocasiones, un dato del todo fuera de lo que tradicionalmente era habitual.

Casi un centenar de días tórridos

Y si de noche las temperaturas fueron altas, es lógico que de día también lo fueran. Avamet contabilizó hasta 96 días de calor intenso en la provincia de Alicante, con máximas por encima de los 32 grados, concretamente en Orihuela. Se registraron asimismo más de 90 jornadas excepcionalmente cálidas en otros puntos de la Vega Baja, y más de 80 en diferentes localidades del Baix Vinalopó y la Marina Alta, pero también en áreas de interior, en el Alto Vinalopó y El Comtat. Además, al igual que en el caso de las noches tropicales, los días con máximas muy altas comenzaron ya en junio, en el episodio de escalada térmica que se produjo ese mes.

Paralelamente, 2022 terminó también como el más húmedo en lo que va de siglo XXI y uno de los más lluviosos de la serie histórica, como ya avanzó este periódico hace unos meses que previsiblemente ocurriría. El lugar de la provincia de Alicante con una mayor precipitación acumulada fue la Vall d'Ebo, con casi 1.972 litros por metro cuadrado. Se superaron los 1.500 litros en otras localidades de la Marina Alta y El Comtat como l'Atzúbia y l'Orxa, y los 1.000 en gran parte de esas mismas comarcas. Y también se recogieron más de 500 en puntos de la Vega Baja y el Baix Vinalopó como Pilar de la Horadada, Benejúzar y Torrellano.

La mayoría de esas precipitaciones se concentraron en una primavera excepcionalmente lluviosa, y no cayeron de forma torrencial salvo en situaciones muy concretas. Una anomalía más en un año que ha cedido el testigo a un 2023 que ha comenzado también con temperaturas altas para la época del año, de hasta cinco grados por encima de la media, según ha publicado estos días la Aemet. Esta situación, no obstante, se espera que cambie a partir de esta misma semana, con valores más habituales para un mes de enero.

La incidencia del calentamiento del agua del Mediterráneo

El director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), Jorge Olcina, destaca también que 2022 fue "un año climáticamente excepcional", con unas temperaturas muy elevadas y unas lluvias mucho más abundantes de lo habitual. "No quiere decir que todos los años ya vayan a ser igual, pero sí es cierto que desde que comenzó este siglo se viene registrando una tendencia muy clara de calentamiento" y hay "evidencias cada vez más fuertes", explica. "Asistimos a la confirmación de un proceso", recalca.

Olcina pone por una parte el foco en las noches tropicales, que son "un indicador muy claro de que se pierde confort climático". Pero también apunta a "la subida de la temperatura del agua del Mediterráneo, que alcanzó récords en 2022, con 32 grados frente a las costas de Valencia". El catedrático de Geografía alude, en este sentido, a una "mediterranización del cambio climático", unas condiciones específicas por la acumulación de calor en las aguas marítimas. Como resultado de todo ello "caminamos hacia un clima cada vez menos confortable, con precipitaciones cada vez más irregulares y anárquicas, y eventos que llamamos extremos cada vez más frecuentes".

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