Un informe alerta de que los menores prefieren vivir en el mundo irreal de las pantallas

La mitad de las familias admiten problemas serios para gestionar el tiempo de sus hijos con los dispositivos, a los que dedican 4 horas diarias o dos meses enteros al año

Las pantallas, y especialmente los videojuegos, llevan a  los menores a un mundo irreal

Las pantallas, y especialmente los videojuegos, llevan a los menores a un mundo irreal / RAFA ARJONES

Victoria Bueno

Victoria Bueno

Que los menores abusan del uso de las pantallas no es ninguna novedad, pero que se haya llegado al punto de que prefieran vivir en el mundo irreal que les ofrecen los videojuegos y dispositivos en general, con los que acceden a un universo alejado de la realidad y de sus congéneres, empieza a resultar un asunto preocupante frente al que los expertos instan a actuar de forma decidida en los hogares.

Desde una de las plataformas líderes en la seguridad digital de las familias a nivel internacional, Qustodio, han presentado los resultados de la última encuesta llevada a cabo entre menores desde los 4 a los 18 años, con entrevistas a más de 1.500 padres y madres, que revelan una honda preocupación paterna por no poder evitar que niños y niñas se aíslen en su habitación hasta el punto de que les cuesta abordar tareas habituales como las de ir a la compra para no tener que hablar con nadie.

El uso de las pantallas se ha maximizado tras el covid y aunque parezca que cuatro horas diarias es poco, suponen dos meses enteros de un año

Eduardo Cruz

— Ceo de Qustodio, plataforma internacional de seguridad digital

“El uso de las pantallas se ha maximizado tras el covid y aunque a la gente le parezca que cuatro horas diarias es poco, suponen dos meses enteros de un año, día y noche, que los niños pasan de media ante las pantallas” subraya Eduardo Cruz, Ceo de la compañía.

Rechazo

Se han convertido, analiza, en el principal medio de vida de los menores. “La vida física la consideran un mal necesario, un estorbo. Para ellos es el medio donde descubrir un mañana, incluso los hay que no quieren estar aquí sin ella”, alerta tras analizar los resultados.

Los expertos recomiendan fomentar las aplicaciones educativas para reconducir el uso de las pantallas

Los expertos recomiendan fomentar las aplicaciones educativas para reconducir el uso de las pantallas / Isabel Ramón

Es un hecho que la tecnología es ocio además de que pueda ser educación, y sobre todo favorece las relaciones con personas en cualquier parte del mundo con un potencial ilimitado. Pero esta característica empieza a invertir el mundo, ya globalizado, y las respuestas de las familias apuntan a que lo raro para sus hijos es conocer al niño de la calle de al lado a consecuencia de una permanente exposición a las pantallas.

No obstante los expertos subrayan que el mundo online, con ser una amenaza en este sentido, también se presenta como “una gran herramienta con beneficios” que hay que saber usar de forma adecuada.

Consejos

De ahí que se aconseje no facilitar un móvil a los niños al menos hasta los 12 años, así como no desentenderse en absoluto de la gestión del tiempo que pasen ante la pantalla “porque si se les deja estarán todo el día”, recalca Cruz.

Hasta el 80% de las familias, advierte, no emplean ningún límite o ayudas de caracater digital, tipo control parental, para establecer rutinas y horarios tecnológicos, algo que para los expertos resulta tan fundamental como la dieta mediterránea si hablamos de alimentos.

Incluso la mitad de los padres encuestados admiten que tienen serios problemas para acotar el uso de las pantallas y que es una fuente de conflicto porque rompe la dinámica familiar.

Para contrarrestar estos extremos el primero de los consejos que indican es tratar de compartir el mundo online de los menores, no dejarles solos, para saber lo que les gusta y les mueve y entender su reacciones antes de que llegue la edad de la adolescencia y ay no tenga remedio. “Hay que ser un padre digital si se tiene un hijo digital, y desde muy temprano, no esperar a que tengan 15 años”, enfatiza Cruz.

Hay que ser un padre digital si se tiene un hijo digital, y desde muy temprano, no esperar a que tengan 15 años

Enrique Cruz

— Ceo de Qustodio

Prácticamente la mitad de las familias confiesan que su principal arma frente a esta situación es quitarles la pantalla a los niños, pero el conflicto que a su vez genera esta opción llega a resultarles insufrible a amabas partes.

Horarios

De ahí la aseveración sobre la necesidad de fijar horarios tecnológicos igual que se establecen para comer o para merendar, priorizando en cualquier caso el sueño, como aseveran los autores del informe.

También apuntan que el diálogo digital se debe convertir en algo natural y del día a día, por mas que resulte complicado a tenor de la excesiva carga laboral entre los padres, que prefieren contentarse con que sus hijos se conviertan en adultos independientes.

Igualmente rechazan de forma radical que la pantalla sea de uso individual, y mucho menos en la habitación. “Parte de la misión paterna es dejarles libres para que maduren, pero no pueden actuar de forma individual de la noche a la mañana y nunca con cinco años de edad. Hay que usar el sentido común”.

Recomiendan, por otra parte, establecer contenidos digitales comunes para compartirlos, así como establecer una dieta digital, que implica pensar en planes atractivos que sienten bien a toda la familia y alejen a los menores de las pantallas. “Tiene que ser capaces de hablar con todo el mundo”, alertan.

Educación

Finalmente constatan que de entrada debe cundir el ejemplo paterno también desde muy temprana edad. “Los niños son esponjas y lo copian todo de sus padres. Quieren estar y ser como ellos pero un poco después ya no quieren estar con ellos pero lo copiado de las actitudes paternas se lo llevan con ellos”, indican.

Y frente al progresivo aumento de la dedicación a las pantallas de ocio, en las que los menores ya se introducen en el metaverso porque juegan a ser por ejemplo un unicorno que compra madalenas, al estilo de un rol player, el empleo de aplicaciones de educación que tan en boga estuvieron durante la pandemia ha descendido drásticamente, hasta un 50%.

De ahí que los expertos recomienden fomentar este tipo de aplicaciones, que acerquen a los niños a un uso más adecuado de las tecnologías con una finalidad más formativa y cultural.