El Gobierno deja la provincia de Alicante libre de molinos de viento en el mar

El Consejo de Ministros aprueba el mapa de parques eólicos frente a las costas españolas y excluye las aguas de Alicante por ser un corredor de migración de cetáceos y zona de defensa nacional

Parque eólico marino en el mar del Norte

Parque eólico marino en el mar del Norte / INFORMACIÓN

L. Gil López

L. Gil López

Molinos de viento en el mar. Nos hemos acostumbrado, cuando vamos en el coche por alguna autovía o autopista, a ver enormes aerogeneradores en las montañas, formando parte del paisaje. ¿Se los imaginan en el Mediterráneo, el Cantábrico o en el Atlántico? El Consejo de Ministros acaba de aprobar los primeros planes de ordenación del espacio marítimo (llamados POEM) de España que, entre otras actividades, delimitan las zonas marinas que podrán albergar parques eólicos.

En total, 19 polígonos repartidos por diferentes costas españolas, considerados idóneos para desarrollar energía renovable sin comprometer los ecosistemas. El Gobierno ha excluido, no obstante, las costas de la Comunidad Valenciana para que alberguen los molinos de viento. ¿El motivo? La protección de la biodiversidad, la defensa nacional y los vientos o, mejor escrito, la falta de viento suficiente.

Vayamos por partes. La Comunidad es un corredor de migración de cetáceos, por lo que la instalación de parques eólicos en el mar suponía un grave peligro para la especie. «Es una buena noticia porque se trata de una zona de paso muy importante para los cetáceos», corrobora el director del Instituto de Ecología Litoral, Gabriel Soler.

En segundo lugar, se trata de una zona utilizada para actividades de defensa nacional, especialmente en lo relativo al adiestramiento permanente de las Fuerzas Armadas, mediante ejercicios militares aéreos, anfibios, submarinos y en superficie. 

«Son áreas que estaban protegidas y no ha dado lugar a la creación de espacios para la habilitación de parques eólicos marinos», afirma la Asociación Empresarial Eólica.

Y tercer motivo por el que ha sido descartada: frente a la costa valenciana «los vientos no son muy buenos».

La distancia más cercana al litoral de los aerogeneradores será en Canarias, a 1.850 metros de la orilla

En su conjunto, los 19 parques eólicos en los que podrá desarrollarse eólica marina suman 5.000 kilómetros cuadrados, el 0,46% de las aguas nacionales, detallan fuentes del Ministerio de Transición Ecológica.

Se han dividido en cuatro demarcaciones marítimas: Noratlántica, Estrecho y Alborán, Levantino-Balear y Canarias, ya que en la quinta, la Sudatlántica, entre el golfo de Cádiz y el meridiano que pasa por el cabo de Espartel, no se contempla la posibilidad de que se implanten instalaciones de energía eólica.

19 proyectos en la costa española, casi la mitad de ellos, ocho, en la demarcación noratlántica

Se trata de la primera vez que en España, con más de un millón de kilómetros cuadrados de aguas jurisdiccionales y 10.000 kilómetros de costa, se aprueban unos POEM, que estarán vigentes hasta 2027 y se deberán revisar cada seis años.

Esta herramienta busca garantizar que la actividad humana se desarrolla «respetando los ecosistemas y la explotación sostenible de los recursos, reduciendo conflictos y potenciando coexistencias y sinergias entre actividades», sostienen las mismas fuentes.

Para ello, se habilitan o limitan los usos por zonas teniendo en cuenta la protección de zonas protegidas, servidumbre vinculadas a la seguridad del transporte marítimo o defensa nacional.

En el caso de la demarcación Levantino-Balear (entre el cabo de Gata y el Golfo de León), son tres los parques eólicos aprobados: uno en la zona del golfo de Roses, en una superficie de 249,99 kilómetros y a una distancia de 12 kilómetros de la costa, y dos en la zona norte de Menorca, de 147 y 77 kilómetros y a una distancia de 5.000 y 10.600 metros del litoral.

Los parques se desarrollan en cinco mil kilómetros, lo que representa un 0,46% de las aguas jurisdiccionales del espacio marítimo

En la Noratlántica (entre el Golfo de Vizcaya y el límite septentrional de las aguas jurisdiccionales entre España y Portugal), esta tecnología podrá desarrollarse en un total de ocho áreas que suman 2.688 kilómetros cuadrados.

En la de Estrecho y Alborán (desde cabo de Espartel y una línea imaginaria por el cabo de Gata, así como Ceuta, Melilla, Chafarinas, Perejil, Peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas e isla de Alborán), se permitirá en dos zonas que abarcan 1.222 kilómetros cuadrados.

Por último, en Canarias se contemplan seis a lo largo de 562 kilómetros cuadrados en Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria. No obstante, el Gobierno canario ha salido ya al paso y ha descartado la instalación de turbinas para la eólica marina en las tres primeras islas.

Los aerogeneradores tendrán una altura de 100 metros, estarán a menos de mil metros de profundidad y ser poco visibles desde la costa. En Canarias, por ejemplo, la más cercana se contempla a 1.850 metros del litoral mientras que en los proyectos de Levante-Baleares la distancia mínima serán 5.000 metros. 

Protección ambiental

«No es posible desarrollar una actividad sostenida en el tiempo si no hay una base sólida de protección ambiental. La prioridad absoluta es que los ecosistemas sigan manteniendo su capacidad de renovación», defiende el Ministerio para la Transición Ecológica.

En su diseño, los planes de ordenación marítima «dibujan» las que se han denominado zonas de uso prioritario (ZUP) y zonas de alto potencial (ZAP).

Las ZUP son áreas específicas en las que se desarrollan usos de interés general actuales, como protección de la biodiversidad y del patrimonio cultural subacuático, yacimientos de áridos destinados a protección costera, I+D+i, defensa nacional y seguridad en la navegación.

Los aerogeneradores no deber superar el kilómetro de profundidad

Por su parte, las ZAP se diseñan para actividades sectoriales y de interés general que está previsto que se desarrollen a futuro, como conservación de la biodiversidad, yacimientos de áridos que podrían destinarse a la protección costera, I+D+i, actividad portuaria, eólica martina y acuicultura.

En cada una de estas zonas se establecen disposiciones para facilitar la coexistencia del uso prioritario o de alto potencial con otros usos y actividades. 

Entre esos usos a futuro, no se contempla la minería marina porque no se prevén desarrollos en los próximos años y porque, en cualquier caso, España se opone a esta actividad hasta que no se conozcan bien los efectos sobre el medioambiente.

Y como ocurre con todo megaproyecto, la división no se ha hecho esperar. La Asociación Empresarial Eólica considera los POEM «una oportunidad» para el país y un avance considerable para la transición energética, mientras que la ministra Teresa Ribera ha abierto un nuevo frente, esta vez con los pescadores. 

Según el Ministerio, el sector pesquero «ha estado presente en todo el proceso de elaboración» de los planes, con reuniones «de alto nivel y técnicas». Pero los pescadores no ven las cosas con el mismo prisma. El presidente de la Federación de Cofradías de Asturias, Adolfo García, ha insistido en que los proyectos que puedan hacerse frente a la costa asturiana serían «nefastos» para el sector y para la biodiversidad. Y en Galicia, el Consello Galego de Pesca apoyó la movilización que varios centenares de colectivos llevaron a cabo en A Coruña para mostrar su rechazo a la eólica marina.

Las empresas de energía creen que falta ambición: «Hay enclaves que reúnen las condiciones»

El presidente de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen), Marcos Lacruz, considera positivo que por parte del Gobierno de España se hayan aprobado los planes de ordenación del espacio marítimo para el impulso de la energía eólica, sobre la base de que «ahora mismo, con la alerta ciudadana que está generando la implantación de algunas de instalaciones en el espacio terrestre, hay que buscar nuevas fórmulas que no generen ese impacto paisajístico». 

Y la eólica marina, añade Lacruz, es una buena opción, no solo por este motivo, sino también «porque el viento es mucho más constante en el mar, lo que repercute en la productividad».

Pese a considerarlo un buen primer paso, el máximo responsable de Avaesen, con todo, opina que el plan debería ser mucho más ambicioso en el futuro. «No cabe ninguna duda -subraya- de que hay que apostar por las energías renovables, y para ello hay que ser más decididos». Incluyendo, según su opinión, la delimitación de zonas frente a las costas de la Comunidad Valenciana, también en la provincia de Alicante. 

Según sus palabras, «está claro que se precisa de una plataforma submarina que permita instalar los aerogeneradores, y que hay zonas más adecuadas que otras. Pero seguro que en nuestro espacio marítimo también hay enclaves que reúnen las condiciones adecuadas». Informa M. VILAPLANA