El entorno de la calle de las setas de Alicante, abandonado al turismo

La plaza Gabriel Miró sufre numerosos desperfectos y urbanistas y vecinos consideran que es necesaria una "rehabilitación"

Un turista toma una foto de una seta de la calle San Francisco con la pintura levantada.

Un turista toma una foto de una seta de la calle San Francisco con la pintura levantada. / ÁXEL ÁLVAREZ

Alberto Losa

Alberto Losa

El entorno de la plaza Gabriel Miró y la calle San Francisco se revolucionó con la instalación de las setas en esta vía y el lavado de imagen que sufrió la plaza. El cambio se produjo hace justo ahora diez años, durante el mandato de Sonia Castedo, y aunque no estuvo exento de críticas tanto por el coste como por la imagen, desde entonces la zona ha sufrido un cambio hasta convertirse en uno de los referentes turísticos y comerciales de la ciudad. Sin embargo, los empresarios y vecinos advierten de que el entorno empieza a estar en estado de abandono, y que es necesario cuidar también el patrimonio histórico de vías adyacentes como la plaza para evitar que se eche a perder.

De hecho, algunos guías turísticos ya advierten a los visitantes de que no dejen entrar a los niños a los hongos decorativos porque "ahí mean por la noche". Una situación que preocupa a los comerciantes: "Yo sé que no somos una zona que está mal en comparación a otras de la ciudad, pero si de verdad quieres que sea superturística hay que cuidarla. Las setas están rajadas y sucias, las alfombras de los juegos infantiles levantadas, y cuando damos parte no los reparan", lamenta Esther Alcalá, presidenta de la asociación de comerciantes Más Que Centro, que abarca el entorno de la calle San Francisco y la plaza Gabriel Miró.

Una de las decoraciones de la plaza Gabriel Miró, destrozada.

Una de las decoraciones de la plaza Gabriel Miró, destrozada. / PILAR CORTÉS

En la plaza Gabriel Miró la situación es similar, como lamenta el urbanista y catedrático de la Universidad de Alicante José Ramón Navarro Vera: "Es una vieja reivindicación que se hace desde hace varios años. Llevamos con esta historia tres legislaturas locales, no se ha hecho nada. Nuestra propuesta es la de rehabilitación, porque estamos ante una plaza que tiene una dimensión casi arquitectónica, está catalogada en Patrimonio. Hay piezas de la fuente, como las jardineras y otros elementos de la plaza, que fueron diseñadas en las décadas de 1920 o 1930 por el arquitecto Juan Vidal".

Entre los elementos que necesitan de reparación, señalan tanto Navarro Vera como el presidente de la asociación de vecinos del Centro Tradicional, José Vicent, se encuentran las farolas de la plaza, algunas de ellas sin la tulipa en la que debería de ir la luz; pero también las bolas ornamentales ubicadas en los bancos de las esquinas o las jardineras con el mosaico original que simula unas olas del arquitecto Juan Vidal, que se replica en la fachada de la sede de la UA de la calle San Fernando.

Turismo

La plaza Gabriel Miró y de la calle San Francisco, la de "las setas", son los dos principales atractivos del entorno. Mientras el catedrático explica en qué debe de mejorar la plaza, un grupo de alumnos de Polonia que se encuentra en Alicante en un viaje de fin de curso se acerca a preguntarle si sabe dónde se encuentra el ficus más grande de España. El árbol está justo delante, pero la mala señalización hace que no se aprecie: "En Tenerife hay que pagar para ver el drago milenario, igual por eso se pone en valor. Parece que cuando no hay que pagar por algo dejamos de darle importancia", lamenta José Vicent.

José Vicent y Navarro Vera señalan uno de los parterres rotos de la plaza.

José Vicent y Navarro Vera señalan uno de los parterres rotos de la plaza. / PILAR CORTÉS

Gabriel Miró, que hasta hace unos quince años era uno de los focos de prostitución de la ciudad, es ahora un entorno seguro para pasear y visitarlo en familia, pero falta "ponerlo en valor", coinciden todas las partes.

También la calle de las setas, donde aunque proliferan los negocios hosteleros, al resto de comercios les cuesta asentarse: "El turismo pasa pero no deja mucho, salvo algunos cruceros. Debería de arreglarse la calle. Si tienes un entorno así al que has conseguido que venga tanta gente, hay que cuidarlo y reparar lo que sea necesario", explica Alcalá. Algunas de las setas se encuentran con la pintura levantada y rajadas en su base, mientras que otras cuentan con el suelo de caucho, similar al de los parques infantiles, agrietado y levantado, algo que vecinos y comerciantes exigen que se repare para evitar caídas.

Una de las setas de la calle San Francisco, con restos de orín, este jueves.

Una de las setas de la calle San Francisco, con restos de orín, este jueves. / ÁXEL ÁLVAREZ

La mayor exigencia de los comerciantes y vecinos es, sin embargo, la seguridad. Hasta hace un año, las setas a las que se puede acceder tenían unas rejas en su puerta que custodiaban los comerciantes, pero una de ellas desapareció y desde entonces vuelven a estar abiertas. "Cuando hemos venido a levantar la persiana nos hemos encontrado más de una vez a personas orinando en las setas o durmiendo dentro de ellas. Entiendo que duerman ahí, si yo no tuviera dónde dormir igual también las usaría de refugio, pero no creo que se deba dejar si de verdad se quiere potenciar esta calle", subraya Alcalá.