A 40ºC bajo cero en la cordillera de Alaska

Dos militares del MOE de Rabasa expertos en montaña subirán al pico más alto de Norteamérica, de 6.195 metros

Carlos Cardelle y Alfonso Blas en una escalada anterior.

Carlos Cardelle y Alfonso Blas en una escalada anterior. / INFORMACIÓN

Con sensación térmica de 50 grados bajo cero y vientos de cien kilómetros por hora. Este era el panorama climatológico que había hace unos días en el Monte Denali, el pico más alto de América del Norte, donde la temperatura media es de entre 30 y 40 grados bajo cero. A pesar del frío que da solo de pensarlo, dos expertos montañeros y miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) con base en Rabasa, uno de ellos en la reserva desde el pasado año, inician este viernes una expedición para intentar coronar esta montaña en la cordillera de Alaska, de 6.195 metros de altitud.

Alfonso Blas López y Carlos Cardelle Montero no sólo han compartido su trabajo como «boinas verdes», también su pasión por la montaña. Han escalado juntos en los Andes, los Alpes y el Himalaya, donde Cardelle llegó a la cumbre del Manaslu, a 8.163 metros de altitud.

El Monte Denali es el nuevo escenario elegido por estos dos aventureros residentes en Alicante. Afirman que es duro de ascender por el desnivel existente, de unos 4.000 metros desde el campo base, y han previsto que la expedición se prolongue durante tres semanas, aunque podría acortarse si las condiciones meteorológicas les acompañan.

Desde España tendrán un apoyo virtual que les vendrá bien ante la falta de telefonía móvil. A través de mensajes cortos con un dispositivo GPS, el catedrático y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, el geógrafo Jorge Olcina, les enviará diariamente las previsiones meteorológicas. También podrán contar, si es necesario, con la ayuda sanitaria, a título particular, de Jorge Palop, médico experto y miembro del Grupo Militar de Alta Montaña, y del experto montañero Fernando Fernández, quien les resolverá cualquier duda que tengan en la expedición. La periodista María Carmona les apoyará en labores de difusión mediática y redes sociales, mientras que Sabina y Carmen, esposas de Carlos y Alfonso Blas, les proporcionarán ese cariño imprescindible para culminar con éxito esta fría aventura.

De Alicante a Alaska

Este pasado martes iniciaron el viaje hacia Alaska desde Alicante y está previsto que una avioneta deje el viernes a los dos montañeros en el Glaciar de Kahiltna, a 2.200 metros de altitud. Desde ese punto, si el tiempo lo permite, ascenderán durante tres días hasta llegar al campo base médico, situado a unos 4.200 metros y donde los Ranger tienen un botiquín. «Ahí descansaremos un día para aclimatar y subiremos al campo alto de 5.200 metros para dejar una tienda y material para poder atacar la cima. La intención es bajar en el día, tener un nuevo día de descanso y esperar a que Jorge Olcina nos dé el visto bueno de dos días para subir al campo alto, dormir y atacar cima al día siguiente», explica Alfonso. 

Parte del recorrido de esta ruta de alta montaña se hace con esquís o raquetas de nieve para no hundirse. Ellos han decidido hacerlo con raquetas y una cuestión que consideran de vital importancia es estar en condiciones físicas y psicológicas óptimas, sin olvidar el compañerismo y la capacidad de convivencia en equipo, algo que ya han demostrado a lo largo de muchos años.

Carlos Cardelle y Alfonso Blas en una expedición anterior.

Carlos Cardelle y Alfonso Blas en una expedición anterior.

Antes de emprender el viaje, Alfonso y Carlos se han preparado a conciencia para completar con éxito la expedición. Y no sólo ha sido una preparación física, también psicológica. Imaginando dónde van a estar, leyendo libros y artículos sobre el Denali. «Sabemos de antemano que en las grandes montañas, en muchas ocasiones, la mente es más importante que las piernas», indica Carlos.

La equipación para la expedición incluye botas reforzadas, ropa térmica, gafas de ventisca y de máxima protección solar, sacos de dormir de máxima calidad, mantas de aluminio, arnés, cascos, GPS y botiquín, entre otros. Todo ello tendrán que cargarlo en una mochila de unos 70-80 litros y arrastrarán un trineo al menos hasta el campo base.

La hazaña de estos dos «boinas verdes» de Alicante quedará inmortalizada con su cámara fotográfica y podrá seguirse a través de sus cuentas @alfonsoblas45 y @cardellecarlos en Instagram y Alfonso Blas López y Cardelle Carlos en Facebook.

Los montañeros coinciden en afirmar que uno de los mayores problemas al que se enfrentan es «el mal de altura». Al respecto aclaran que «la aclimatación no depende del nivel de entrenamiento, aunque este siempre favorecerá el proceso. Cada organismo y cada vez es diferente. Hay personas que se aclimatan rápidamente y otras lentamente. Incluso personas que otras veces no han tenido problemas pueden verse afectadas». «Debemos dar máxima importancia a hacer una correcta aclimatación, lenta y progresiva, sobre todo al principio de la expedición, utilizando la clásica técnica de los dientes de sierra (subir más alto y volver a dormir más abajo)», apunta Alfonso.

Fines solidarios

La expedición también tiene tintes solidarios porque Alfonso y Carlos la aprovecharán para dar visibilidad a la actividad de tres entidades: la ong Rafiki Africa, que trabaja en aldeas de Uganda para ayudar a erradicar la pobreza extrema y a que vivan en condiciones dignas; la Fundación UNER, una plataforma de apoyo e investigación por y para las personas con alteraciones cerebrales y sus familias; y Club R19, una asociación benéfica ilicitana de homenaje y apoyo a los enfermos de fibrosis quística.