Expertos instan a crear refugios climáticos en Alicante contra golpes de calor

Climatólogos, urbanistas y arquitectos coinciden en la necesidad de plantear soluciones de emergencia meteorológica con la vegetación en primer plano

Los puntos de agua, importantes para prevenir golpes de calor

Los puntos de agua, importantes para prevenir golpes de calor / Antonio Amorós

Juan Fernández

Juan Fernández

La fuerte incidencia del calor en Alicante, por encima de los 40 grados en la pasada ola de calor que sobrevino a la ciudad, obliga a los expertos a pensar medidas y soluciones para paliar los posible efectos que pueden conllevar fuertes golpes de calor.

Una de las medidas más populares en este tema, y que ciudades como Barcelona, Murcia o Bilbao ya han implantado, es la referente a instalar refugios climáticos en espacios públicos de la ciudad tanto internos como externos. Esta posible solución, que no deja de ser un parche que atiende los efectos de una emergencia climática, ha hecho que climatólogos, urbanistas y arquitectos busquen desarrollar y diseñar núcleos urbanos eficientes y sostenibles.

Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, sostiene que, efectivamente, "son varias las ciudades que han planteando la construcción de refugios climáticos para paliar estos grandes índices de calor que estamos padeciendo, como es el caso de Barcelona, un planteamiento que he seguido bastante". Para abordar este tema, no obstante, alega que es necesario "que las ciudades elaboren como primer paso planes de adaptación al cambio climático".

En este sentido, Benidorm es la primera ciudad que ha aprobado un plan de estas características, algo que el propio Olcina extiende a que "es el primer plan existente en una ciudad turística importante de nuestro país" y que son "estos planes los que marcan las hojas de ruta para ir haciendo actuaciones durante los siguientes años".

Dentro de esos programas de adaptación al cambio climático, se incluyen los llamados refugios climáticos. Los hay de muy diversos tipos, unos orientados a las temperaturas, especialmente a las altas temperaturas de verano, y otros orientados a las lluvias para refugiarse en caso de que haya venidas de agua, riadas, etcétera; aunque los más destacados son los vinculados con el calor.

Los paraguas son uno de los métodos más utilizados para crear sombra artificial

Los paraguas son uno de los métodos más utilizados para crear sombra artificial / TONY SEVILLA

El climatólogo comenta que "haciendo un diseño urbano eficiente y sostenible, con arbolado en las calles y con puntos de agua cada ciertos metros en plazas públicas y paseos, habría un avance considerable en este sentido", aunque también incluye la posibilidad de "poner toldos en las cubiertas como se hace en ciudades de Andalucía".

Apuesta, además, por diseñar "mejoras en algunos edificios públicos, dotarlos de salas con aire acondicionado y ventilación, para que sobre todo personas mayores y niños puedan socializar sin la necesidad de tener que estar expuestos al sol". Por tanto, la planificación de ubicar refugios climáticos en la ciudad no consistiría en hacer construcciones específicas sino en acondicionar espacios ya existentes. Aun así, alega que "las ciudades tienen que empezar a elaborar planes de adaptación al cambio climático y protocolos de actuación en caso de eventos extremos".

Planificación

Para que todo esto pueda ser llevado a cabo, es necesaria una investigación previa del entorno. En este sentido, el urbanista José Ramón Navarro Vera, que tiene artículos de hace 10 años donde hablaba ya del confort climático, entiende que lo primero que hay que hacer es identificar las principales islas de calor de la ciudad: "El gran problema que tiene Alicante es que tiene grandes puntos de calor. Una de las principales islas de calor que he estudiado corresponde a la de Maisonave. Comprobamos cómo Maisonave era una de las islas de calor más potentes que había en la ciudad, una obra relativamente reciente y, sin embargo, es una fuente de incremento de temperaturas porque es una losa de hormigón que encierra el aparcamiento y donde no se puede plantar nada. Entonces, comprobamos cómo había incremento sensiblemente su temperatura debido a la radiación generada por la losa".

Una persona bebiendo agua para paliar el calor

Una persona bebiendo agua para paliar el calor / ANTONIO AMOROS

Uno de los puntos clave que ve el que fuera catedrático de Urbanística en la Universidad de Alicante es que, "para trabajar en unos refugios climáticos eficientes, se pueden poner lonas y todo lo que tú quieras, pero lo fundamental son los árboles, y eso parece no estar en ningún proyecto municipal". A su vez, enumera desventajas de la ciudad como "sus problemas de orientación, la falta de espacios verdes, las grandes islas de calor y los pocos árboles que quedan que aún no hayan sido talados".

Pone de ejemplo la gestión llevada a cabo en Zaragoza, "donde acaban de sacar una aplicación para que el ciudadano, en tiempo real, sepa cuál es la sombra que hay por las calles para poder moverse. Estas son soluciones de emergencia, pero demuestran iniciativas".

En cambio, el arquitecto José Luis Campos es más moderado en este sentido. Él parte de la idea de que Alicante tiene una virtud respecto a otros municipios y es "que es una ciudad directamente volcada al mar". Alega que eso "le genera un concepto de brisas que atraviesan la ciudad y que logran que, si tú vas circulando por lugares de sombra, se puede estar bien incluso en momentos de olas de calor".

Sin embargo, también critica la poca vegetación que hay en Alicante: "Hace falta muchísima más vegetación y muchísimo más arbolado porque además está comprobado que, directamente, esos elementos vegetales te van a bajar la temperatura de la zona". Otro tema que pone en valor es el de los materiales de construcción: "El asfalto almacena mucho calor, así que hay que plantear otro tipo de sistemas de pavimentación que no te generen esa problemática".

Pone otro ejemplo de isla de calor que cataloga de "abrasadora", la avenida de la constitución: "El problema de plantear cuestiones como la de los refugios climáticos viene porque no hay previsiones en este ámbito. Mira por ejemplo el problema que ha habido con la desaparición de las grandes melias que había en la avenida de la constitución, estas acciones no hacen más que ahondar en el problema. Al final tienes una calle que, al no tener todavía árboles de gran porte, es una calle en la que en momentos de mucho calor es muy complicado llegar a moverse".

Los expertos, pues, ven necesario trabajar en propuestas que puedan mitigar la exposición contante al sol en momentos donde los índices de calor son tan elevados. Los tres coinciden en que hay que abordar esta situación desde una política climática y, dentro de las posibles soluciones, la de los refugios climáticos está muy presente. "En Alicante este tipo de planteamientos carecen de referencia previa, pero tenemos la suerte de que otros municipios ya han trabajado en esto y podemos copiar sus métodos", finaliza el urbanista José Ramón Navarro Vera.