Merry GRINCHmas o cómo la provincia de Alicante cambió mi manera de pensar

En la provincia de Alicante descubrí que la Navidad era mucho más que un simple festín de regalos y adornos.

En la provincia de Alicante descubrí que la Navidad era mucho más que un simple festín de regalos y adornos.

El Grinch

Desde mi solitaria cueva en la Sierra de Aitana, siempre había observado con cierto recelo las festividades navideñas. Toda una vida marcada siempre por los acrónimos de mi nombre: Envidia, Ladronzuelo, Gruñón, Resentido, Intratable, Negativo, Cascarrabias y Huraño. Pero algo en mi corazón comenzó a cambiar este año.

Quizás fue la cálida brisa del Mediterráneo o el alegre bullicio que ascendía desde las localidades de la provincia de Alicante, pero sentí una chispa de algo diferente: esperanza.

Una esperanza que espero que llegue pronto con en el fin de las guerras más activas del planeta, dónde un niño es asesinado cada 10 minutos en Gaza, y al menos 10.328 palestinos han muerto en ataques israelíes contra Gaza desde el 7 de octubre en comparación con 9.806 en Ucrania desde el 24 de febrero del año pasado.

Decidí bajar de mi montaña y dirigirme hacia Benidorm, donde las luces de Navidad danzaban como estrellas caídas del cielo. En Elche, el espíritu de generosidad era palpable en cada rincón del famoso Palmeral, y me pregunté cómo había podido ignorar esta belleza durante tanto tiempo. Esa generosidad que esperamos siempre y nunca llega de la clase política de nuestro país que llevan como bola de pinball a los ciudadanos de elecciones en elecciones y tiro porque me toca. A nivel mundial los Biden, Xi Jinping, Vladimir Putin o el recién incorporado al Monopoli, el «león» Milei, no dejan de agitar el avispero.

Al llegar a Alcoy, el sentimiento de reunión me envolvió. Las familias se congregaban, compartiendo risas y anécdotas bajo la mirada atenta de los Reyes Magos. Me di cuenta de que había algo profundamente conmovedor en estas simples alegrías. Algo que no podrán compartir ninguna de las 55 víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de año en España.

Continué mi viaje hacia Alicante, donde la ilusión de la Navidad se manifestaban en cada mercado, en cada calle. A pesar de ser invierno, el recuerdo de las Hogueras de San Juan me calentaba el alma. Esa misma ilusión de unión que vimos un domingo 20 de agosto al ver a la selección española de fútbol femenino alzando su primer título como campeona del mundo tras superar en la final de la Copa del Mundo 2023 a Inglaterra, vigente campeona de Europa, por 1-0 en Australia, el país de los canguros, dónde un marsupial Rubiales se convirtió en un demonio de Tasmania.

En Xixona, mientras saboreaba el dulce turrón, comprendí la importancia de la caridad. Compartir no sólo era parte de la tradición, sino un pilar de las relaciones de la gente que nos rodea. Me sentí inspirado por la generosidad de las personas que compartían sin esperar nada a cambio. Me recordó la importancia de reconocer día a día la gente que nos rodea, tanto en el trabajo como a los amigos o familia, y que nos hace feliz.

Por último, regresé a mi hogar en la Sierra de Aitana, pero esta vez, no estaba solo. Invité a algunos amigos que hice en La Vila Joiosa y Torrevieja para compartir la Navidad. Mi cueva, antes fría y solitaria, que se transformó en un cálido hogar lleno de risas y amor. Ojalá pudieran decir lo mismo las 28.552 personas sin hogar en nuestro país dónde la cantidad de personas sin hogar en España ha crecido un 24,5% en 10 años.

Así, en la provincia de Alicante, descubrí que la Navidad era mucho más que un simple festín de regalos y adornos. Era sobre la esperanza, la luz, y sobre todo, el amor y la unión entre las personas. Y yo, el Grinch, había encontrado finalmente mi lugar en este mágico puzzle de la vida alicantina, y no es porque lo diga la revista Forbes, es porque como veis he cambiado mi forma de ser gracias a la provincia de Alicante, ahora mis acrónimos han cambiado y espero que para siempre: Esperanza, Luz, Generosidad, Reunión, Ilusión, Navideño, Caridad y Hogar.