San Antón traslada a los animales su protección divina en Alicante

La Plaza de Toros rinde homenaje a las mascotas con la tradicional bendición por parte de su patrón

Esta festividad es la más antigua de las celebradas en la ciudad y cuenta con casi 500 años de historia 

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Matías Segarra

Un día en el que los animales son los verdaderos protagonistas. Era el santo patrón de esos seres que nos acompañan con su alegría y su fidelidad. La tradición, también para ellos, nuestras mascotas, tiene nombre de santo. San Antón, el patrón de perros, gatos, conejos o cualquier otro tipo de animal, siempre se reserva un momento para trasladar la protección divina a los animales que comparten su vida con nosotros. 

Sea como fuere, durante el domingo 21 de enero, y pese a que el día marcado en el calendario de dicho santo fue cinco días atrás, los compañeros de vida de las mascotas las acompañaron a la Plaza de Toros de Alicante donde, tras una previa aportación desinteresada de 1 euro, pudieron ser bendecidos en un ruedo por el que pasaron animales de todo tipo.

Una de las incógnitas de la jornada tenía que ver con el ámbito meteorológico. Tras cuatro meses sin rastro de lluvia en la ciudad, la borrasca Juan dejó durante esta misma semana una sensación térmica extraña, con valores que no eran muy fríos, pero con cielos que amenazaban con desprender lluvias. Pese a lo encapotado que pudiera estar a lo largo de dicha semana, el cielo respetó una bendición muy seguida por la provincia de Alicante, pero cuya muestra de magnificencia se quedó en la capital.

No obstante, y pese a que la bendición es el momento más esperado de todo el Porrate de San Antón, la jornada arrancó mucho antes, a primera hora de la mañana, con una misa en la parroquia de la Misericordia. Dando comienzo a las 9.30, el acto continuó con una procesión en la que las costaleras portaron al patrón hasta la Plaza de Toros, lugar que se iba a convertir en un terreno donde los animales serían los verdaderos protagonistas. Su iglesia particular. Primero tomarían el ruedo los caballos para exhibir su porte, engalanados de formas de lo más diversas con el propósito de ser observados y admirados por los allí presentes. Posteriormente, además, tendría lugar el concurso ecuestre, donde salió vencedora una carroza fúnebre tirada por dos ejemplares negros con diademas de plumas violetas y dos cruces del mismo color a los costados. Su portador hizo gala de originalidad con una propuesta que no le fue indiferente a nadie. 

Pero el punto álgido de la mañana tendría lugar con la protección divina trasladada a las mascotas por parte de su patrón, San Antón. Pese a que la gran mayoría de mascotas agolpadas a las puertas de la Plaza de Toros eran perros y gatos, el día dejó ver otro tipos de animales entre los que destacaron conejos, pájaros e incluso algún que otro gallo. Esta reunión de mascotas y dueños fue el final de un Porrate que ha estado presente en la ciudad desde el pasado viernes 12 de enero. Y hay que recordar, poniéndole todo el valor que se merece esta festividad, que es la celebración más antigua de Alicante, con casi 500 años de historia a sus espaldas. Y, de paso, reivindicar la importancia de las mascotas en nuestras vidas.