La Generalitat traslada a Las Virtudes de Villena a menores del centro de acogida de Alicante colapsado

La consellera de Servicios Sociales critica que durante el gobierno del Botànic "no se creara ni una sola plaza" en las instalaciones

El centro de menores con problemas de ocupación

El centro de menores con problemas de ocupación / Héctor Fuentes

J. Hernández

J. Hernández

La Conselleria de Servicios Sociales ha hecho un contrato de emergencia para trasladar al centro de menores Las Virtudes de Villena a niños y adolescentes en acogida en la residencia Alacant, que está colapsada y a más del doble de su capacidad. Una situación que investiga el Síndic de Greuges, Ángel Luna, después de que no se hayan tenido en cuenta las recomendaciones que dictó hace un año cuando ya se producía sobreocupación.

Este centro puede albergar a 24 niños, niñas y adolescentes repartidos entre dos grupos (chicos mayores de 13/14 años y chicas y niños menores de 13 años en otro grupo) pero sin embargo se encuentra desde hace semanas con una ocupación de más de 50 usuarios, según la denuncia de educadores, sindicatos y otros trabajadores. Esta circunstancia provoca que los menores tutelados estén durmiendo en pasillos y en salas no destinadas a tal fin en colchones en el suelo repartidos por distintas estancias.

Herencia

La vicepresidenta segunda y consellera, Susana Camarero, ha señalado este miércoles en Alicante que en los próximos días saldrán más menores a otros centros; y que la directora general de Infancia y el director territorial de Servicios Sociales están buscando nuevas ubicaciones a las que trasladar a menores en acogida para despejar esta situación, "en parte por la herencia recibida y por el incremento puntual en la llegada de menores a estos centros".

La mandataria ha señalado que el colapso del centro de menores de Alicante se debe a varias razones, entre ellas que "durante ocho años de gobierno del Botànic no se ha creado ni una sola plaza. Otra porque han llegado en las dos últimas semanas un número importante de menas a través de pateras a Alicante y a otras zonas del Mediterráneo que terminan en el centro de recepción; y otra vía de llegada es que el Gobierno de España trasladó a la península a determinados cupos de adultos y entre ellos la Policía ha detectado en la calle a menores que se ha confirmado cuando se les ha hecho la prueba de la muñeca, y por lo tanto terminan en los centros de recepción".

Todo esto ha hecho, ha apuntado, que el centro Alacant, que estaba muy tensionado, se haya visto incrementado "de una forma insostenible en el número de menores ya residentes".

Burocracia

Sea como sea, los educadores del centro afectado han enviado un escrito al Colegio de Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana en el que critica la lentitud de la burocracia que "no ayuda a paliar el problema. Si el menor es extranjero, hasta los tres meses no se suele aplicar ninguna medida. Esto se hace porque como muchos utilizan los centros como lugares de paso para llegar a Barcelona o Francia, empiezan a hacer un recorrido de fugas y para evitar la duplicidad de expedientes se les aguanta tres meses".

También hay otros menores, abundan, que vienen a causa de que su ayuntamiento les ha derivado a través de los servicios sociales. En esos casos tienen que permanecer 45 días en el centro, algo que "no sucede en la práctica, ya que algunos están hasta tres meses pese a estar en guarda provisional".

"A todo esto debemos añadir el problema de la falta de recursos, tanto humanos, económicos y materiales. Los trabajadores de la residencia no tienen ropa que ofrecer a los adolescentesni ropa interior, ni pijamas, chándal o lo mínimo para cubrir sus necesidades básicas", abundan en el escrito.

Falta de personal educador

La falta de personal educador es otra barrera, añaden las fuentes, puesto que "no se puede realizar una intervención directa con los adolescentes o niños. Simplemente los educadores pueden realizar una intervención asistencial y de cuidados básicos".

A las quejas de los educadores se les suele responder que todos los centros, pisos o demás donde se pueda derivar a los residentes, están colapsados o que no hay plazas.