Una vecina de Alicante con cuatro patologías complejas lucha en los tribunales por conseguir la incapacidad laboral

Alba B. lucha desde hace más de diez años contra varias patologías complejas que considera invalidantes, llegando a los tribunales para conseguir la incapacidad permanente absoluta "que en justicia me correspondería y en justicia se demanda porque no puedo hacer ningún trabajo". Se trata de cuatro enfermedades, de ellas encefalomielitis miálgica o síndrome de fatiga crónica y fibromialgia con diagnóstico médico, además de síndrome de sensibilidad química múltiple y electrohipersensibilidad. Patologías que tiene en grado severo.

El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana el fallo inicial de una jueza a favor de la mujer, a la que le concedió la incapacidad permanente total para su trabajo y le condenaba a pagar una pensión. "El TSJ lo hace muy pocas veces pero revocó la sentencia, no me concedió la absoluta (que incapacita para cualquier tipo de trabajo) y le dio la razón al INSS". Su intención es reclamarlo ante los tribunales una segunda vez si esta entidad no se lo reconoce.

Revisión

Esta próxima semana tiene una nueva cita para revisión de incapacidad tras solicitarla previamente y ser archivada al demandar la afectada no tener que ir físicamente. Ella señala que los productos químicos que pueda haber en la sala médica le obligan a ir con una máscara para no intoxicarse y entrar en disnea.

Según relata, el INSS le obligó a trabajar en contra del dictamen del médico de cabecera y de los especialistas. Algunas de sus enfermedades empeoraron pasando de grado 2 a 3 (hay cuatro grados).  "Cuando pasa esto en enfermedades tan invalidantes te ves privada de tu vida".

Media jornada

Durante un tiempo, la afectada, auxiliar administrativo en un ayuntamiento de l'Alacantí, pidió media jornada porque no podía aguantaba el día entero y estuvo así hasta que su salud sufrió un mayor deterioro.

Sus dolencias se le han agravado con insuficiencia respiratoria, sufre colapsos y tiene oxigenoterapia en casa. Su internista señala que "es imposible la recuperación, y no hay tratamiento ni paliativo ni resolutivo".

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Así las cosas, Alba B. considera que la actuación del INSS hacia su persona es una negligencia porque cuenta con informes médicos y tiene ayuda de dependencia con reloj de teleasistencia y alarma. Incide en que su salud no es idónea para acudir a un puesto laboral debido al deterioro que está sufriendo. De hecho apenas ya puede salir de casa y necesita ayuda,

Lo que padece, señala, son "cuatro enfermedades del sistema nervioso. Me afectan los aparatos eléctricos, las ondas magnéticas, y con una radiografía que me hicieron me quedé 15 días en cama. Si hago algo por encima de mi capacidad me quedo postrada hasta el punto de no poder moverme, hablar, coger el móvil o no poder ni ir al baño; y cualquier actividad que intento requiere de consumo de oxígeno". Incluso le ha ocurrido no poder comer, pasar hambre y no poder pedir ayuda. Además apunta que sufre deterioro cognitivo.

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Prueba de esfuerzo

La mujer se ha gastado bastante dinero en el proceso judicial "pero pides la incapacidad y en un 95 % de los casos no te reconocen pese a que una jueza (inicialmente) probó los hechos".

Incluso aportó una prueba de esfuerzo para objetivar la invalidez funcional aunque considera que no fue valorada para la incapacidad absoluta. La jueza decidió que pasara por un examen forense, "y condenó al INSS a pagarme una pensión". Sin embargo, el TSJ revocó el dictamen y falló a favor del INSS.

Consultado sobre este caso el Ministerio de Seguridad Social, apuntaron que "si el juez le ha quitado la pensión, nosotros no podemos revisarlo. Es un tema judicializado, que ya no está en vía administrativa".