El Segura declara la emergencia y abre los primeros pozos de sequía

La Confederación descarta aumentar las restricciones pero revisará en un mes si procede aumentarlas

Un momento de la mesa de la sequía conistuida este miércoles en la Confederación del Segura.

Un momento de la mesa de la sequía conistuida este miércoles en la Confederación del Segura. / Información

J. A. Martínez

J. A. Martínez

Primera sesión de la comisión permanente de la mesa de la sequía en la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). Los miembros de la comisión han constatado la situación de emergencia por la falta de recursos propios de la cuenca del río. Motivo por el que previsiblemente a partir del 1 de marzo se declarará la situación de emergencia por sequía, pero sólo de manera parcial. La medida afectará a las Vegas Media, Alta y Baja de la cuenca del Segura, que suman un 80 por ciento de la demanda hídrica. El motivo de esta declaración parcial obedece a que la situación de sequía no es igual en todos los territorios de la cuenca. La principal consecuencia de esta declaración de emergencia hídrica es que permitirá poner en marcha los pozos de sequía, comenzando por los del Sinclinal de Calasparra. Por el momento, no se van a incrementar las restricciones al regadío, que ya están al 25 %. Se mantienen las existentes y en un mes se revisará si hay que incrementarlas.

El presidente de la CHS, Marío Urrea, ha comparecido este miércoles para dar cuenta de los asuntos abordados en la mesa y en la que, según ha recalcado, se han aprobado las propuestas planteadas por los técnicos por unanimidad. En ella, se ha presentado un informe sobre el estado de la cuenca. "En lo que se refiere a los recursos propios se mantiene la situación de emergencia, a pesar de las lluvias de los últimos días. Éstas han mejorado mínimamente la situación del agua almacenada", explicó, pero han sido insuficientes. Los pantanos están en estos momentos al 18,60 por ciento de su capacidad con 212 hectómetros cúbicos embalsados. De este agua, 98 hectómetros cúbicos se corresponden a recursos propios de la cuenca, cuando la media en los últimos diez años era de 230.

La falta de lluvias está colocando en una situación crítica las reservas en la cuenca del Segura.

La falta de lluvias está colocando en una situación crítica las reservas en la cuenca del Segura. / Antonio Amorós

La situación es totalmente distinta en los recursos procedentes del trasvase Tajo-Segura, donde "con las últimas borrascas lleva un mes de febrero de franca recuperación, hasta el punto de que se ha pronosticado un escenario de normalidad del trasvase durante los próximos seis meses", ha dicho Urrea. Estas cifras garantizan el envío de 27 hectómetros cúbicos mensuales en ese periodo. En estos momentos, se cuentan 75 hectómetros cúbicos procedentes del trasvase y hay pendientes de recibir otros 80 y que no se han podido enviar por las obras de mantenimiento que se están haciendo en la conducción.

Esta doble situación "produce una distorsión" y ha llevado a la mesa a hacer un análisis pormenorizado de las zonas. Según Urrea, no procede la declaración de sequía para el conjunto de la cuenca del Segura, pero sí en la unidad territorial principal que abarca el 80 % de la demanda".

La principal consecuencia de la medida es que sólo esta declaración de emergencia es la que permitirá poner en marcha los pozos de sequía. Todo está ya listo para empezar a explotar los pozos del Sinclinal de Calasparra, mientras que se trabaja en despejar el camino administrativo para la apertura de los pozos de la Vega Media y la Vega Baja en Murcia y Alicante; y finalmente en río Mundo, que se pondría en marcha como último recurso. Todos estos pozos se irán poniendo en marcha de manera paulatina en función de las necesidades. Hay un volumen máximo de explotación de hasta 31,5 hectómetros cúbicos al año. En el momento en que cese la declaración de sequía, éstos dejarían de funcionar. El objetivo de estos pozos es preservar el volumen de agua almacenada en los embalses, durante el tiempo en que estén en marcha. Los pozos de Calasparra no se utilizaban desde el año 2019, motivo por el que se ha tenido que volver a instalar toda la maquinaria para su explotación, que por cuestiones de seguridad y de mantenimiento no se encontraban físicamente en la instalación.

Por el momento no se dan las condiciones para reducir los caudales ecológicos, mientras que la Mancomunidad del Taibilla considera que agua para abastecimiento humano está garantizado sin necesidad de restricciones.

Se prevé lluvias en el Levante en los próximos tres meses, motivo por el que las restricciones al regadío se mantienen en el 25 por ciento que ya estaba vigente. En función de la lluvia lo que se registre en los próximos meses se decidirá si se aumenta o no o se adoptan más restricciones. El límite para estas limitaciones es del 50 por ciento, pero cabe establecerlo en algún escalón intermedio como el 40 por ciento. A finales del mes de marzo la mesa volverá sentarse para analizar si procede revisar o no estas restricciones.