Una obra en Benalúa Sur deja al descubierto restos arqueológicos romanos en Alicante
La aparición de ruinas previas a la Edad Media paraliza temporalmente una construcción de viviendas en la zona
Los técnicos evalúan su nivel de importancia y el estado de conservación de las edificaciones
En los últimos años, el barrio de Benalúa Sur ha concentrado buena parte del crecimiento urbanístico de la ciudad, convirtiéndose en una de las zonas de Alicante donde más edificios de obra nueva se están llevando a cabo. Sin embargo, además de un barrio en expansión, también es un área de importante valor arqueológico. Dos ingredientes que, combinados, están propiciando el hallazgo de diferentes vestigios del pasado de la ciudad y su entorno.
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Dadas las particularidades patrimoniales de la zona, a la hora de construir nuevas edificaciones en el barrio es imprescindible llevar a cabo un estudio arqueológico previo a la obtención de la licencia de obra. En el caso de que, durante estas averiguaciones, se halle algún resto arqueológico, debe determinarse su antigüedad, su importancia y su estado de conservación antes de continuar con el procedimiento constructivo.
Dependiendo del valor histórico-cultural de los elementos encontrados, deberá permitirse su acceso público (como ocurre en la planta baja del edificio del Ayuntamiento de Alicante) o, en caso de que carezcan de un valor reseñable o se encuentren muy deteriorados, bastará con su revisión y catalogación, pudiendo continuar posteriormente con la promoción de viviendas.
Ruinas del s.VI
El último de estos descubrimientos se ha llevado a cabo recientemente en una promoción residencial entre la avenida de Elche y la calle Arturo Tresáncoras. En el solar donde Metrovacesa y Ferrovial están llevando a acabo el desarrollo de un bloque de 46 viviendas han aparecido los restos arqueológicos de una serie de construcciones.
Según expertos consultados por INFORMACIÓN, se trata de edificaciones romanas, de la época tardoantigua: el periodo de transición entre la Edad Antigua y la EdadMedia. Unos vestigios que podrían haber sido construidos entre los siglos VI y VII, con cerca de 1.500 años de antigüedad.
Por el momento, los arqueólogos trabajan en la zona para poder arrojar luz sobre el hallazgo y descubrir a qué tipo de edificación corresponden las ruinas, así como el periodo exacto de su construcción y el tipo de uso que le habrían dado sus propietarios originales.
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