Colegios y familias de la provincia de Alicante se forman para bloquear a los niños el acceso al porno

La FAPA Enric Valor divulga a centros y a las familias un curso para frenar los anuncios de pornografía que llegan a los menores que tengan a su alcance un móvil con internet y sin filtros 

Niños con un teléfono móvil

Niños con un teléfono móvil / INFORMACIÓN

A. Fajardo

A. Fajardo

 «Es muy fácil que a un niño de cuatro y cinco años que se le da el teléfono móvil pueda tener acceso a la pornografía sin haber tenido ninguna intención de llegar hasta ella». Esta es solo una de las alarmantes afirmaciones que realiza Mario Martínez en una de sus charlas dirigidas a padres y madres a través de Cibertutor, una fundación que da las claves para proteger a los menores de los peligros de internet, en la que colaboran colegios, ayuntamientos y asociaciones de padres y madres de todo el país. 

La necesidad de crear conciencia entre las familias para bloquear a sus hijos el acceso a estos contenidos sexuales ha llevado la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Provincia de Alicante (FAPA) Enric Valor a recomendar a las más de 200 AMPAS de centros de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato que la integran a realizar la formación online que ofrece el experto en control parental y a la que se puede acceder a través de Whatsapp o Telegram. Unas sesiones que están dejando a muchos progenitores boquiabiertos al desconocer que un gesto tan extendido como dejarle a un niño el móvil o la tablet para entretenerse mientras los adultos comen o cenan puede llevarles hasta el universo de la pornografía. Y es que pocos se imaginan que hasta unos dibujos tan inofensivos como Bob Esponja, si se escribe en el buscador con varias xxx detrás, te llevan a vídeos pornográficos. Hay hasta juegos de dibujos de porno online y gratis.

Por esta razón, uno de los primeros mensajes que se trasladan a los padres a través de Cibertutor es que la industria del porno llega a los niños a través de anuncios que solo se dirigen a los niños y que no llegan a los padres. «No parece evidente que sean contenidos relacionados con la pornografía, están diseñados para usuarios que no han descubierto la existencia de material», explica Mario Martínez en una de sus charlas.

Niño con móvil

Niño con móvil / Pilar Cortés

Una búsqueda inocente

¿Cómo es posible esto y más siendo tan pequeños? Es la pregunta que más suelen hacerse las familias. «Es frecuente en ciertas edades que a los niños se les ocurra buscar la palabra culo en el navegador, con toda la inocencia del mundo y sin ser conscientes de lo que es el porno, pero el problema es que Google no sabe que es un niño y su algoritmo le devuelve aquello que más circula por internet. Si lo que más circula es la pornografía te acaba mostrando una imagen o un vídeo no deseable», advierte el experto, quien reconoce que, aunque en los últimos meses Google ha puesto filtros para frenar este problema, se genera una falsa sensación de seguridad.

Encontrarse con estos contenidos sin buscarlos supone un antes y un después para los menores, tal y como indica el especialista, y la reacción más frecuente es que al día siguiente se lo cuente a sus compañeros de colegio con toda naturalidad y que se extienda por toda la clase.

Según la Asociación Save The Children, casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía, a la que acceden por primera vez a los 12 años. Así lo revela el informe «(Des)información sexual: pornografía y adolescencia» que hemos elaborado por la organización para estudiar el consumo de contenidos sexuales entre la población adolescente y su impacto en sus relaciones y su desarrollo. 

El estudio, que ha contado con la participación de 1.753 chicos y chicas de entre 13 y 17 años, revela que más de la mitad de los y las adolescentes que ven contenidos pornográficos se inspiran en ellos para sus propias experiencias y que para el 30% estos vídeos son su única fuente de información sobre sexualidad.

Cuestión de tiempo

En Cibertutor se explica a las familias y a los educadores que lo que se vende ya no es el contenido, sino el tiempo de pantalla de los usuarios y que cuantos más usuarios ven pornografía online gratuita más dinero gana la industria. También se advierte de que los menores se convierten en usuarios de por vida que tarde o temprano aportan su propio contenido.

«Lo que está creando la industria son futuros consumidores. Mi hija tiene ocho años y no tiene instinto sexual, pero la pornografía lo que busca es despertares ese instinto y asociar el sexo y el porno», lamenta María José Leonis, vocal de la FAPA Enric Valor, quien pone el acento en la necesidad de que la comunidad educativa asuma la responsabilidad de atajar este problema. De ahí que la Federación de Asociaciones de Padres haya visto conveniente difundir entre las familias el curso gratuito online que también se puede concertar con los centros para recibir clases de forma semipresencial, según indican desde Enric Valor.

Un niño con un teléfono móvil donde tiene acceso libre a imágenes de contenido sexual

Un niño con un teléfono móvil donde tiene acceso libre a imágenes de contenido sexual / INFORMACIÓN

«Tenemos que perder el miedo a hablar de esto, a muchos padres les resulta cómodo que sus hijos usen la tecnología pero hay que saber los riesgos que existen y cómo frenarlos», afirma su vocal. Y en este aspecto también se detienen los talleres online a los que están accediendo familias de toda la provincia. «Uno de los grandes frenos es la estigmatización por el temor a divulgar en el colegio que sus hijos son adictos a las nuevas tecnologías o que han accedido al porno. El problema es que no hay centros suficientes que traten adicciones a la pornografía online», advierte Mario Martínez. 

¿Cómo prevenir?

Lo que enseña el especialista a los padres es que los niños tienen que tener el acceso controlado a un «internet limpio». Y para ello, recomienda usar herramientas tecnológicas que permitan eliminar la basura (como es el porno o la violencia) y controlar la edad y el tiempo de uso de redes, de los juegos, etc… 

Con ello, el mensaje que lanza Mario Martínez es que los niños tienen acceso a internet desde el router (a través de todos los dispositivos de casa: videoconsolas, lectores digitales, televisiones, tabletas, etc…) y desde los datos del móvil. Esta práctica tan habitual tiene un gran riesgo, ya que es como dejar una puerta abierta a todo lo que uno no quiere para sus hijos.

Jóvenes con sus móviles, a las puertas de un instituto

Jóvenes con sus móviles, a las puertas de un instituto / ANTONIO AMOROS

Por este motivo, Cibertutor enseña a los padres que hay que limpiar estos dos accesos porque desde cualquiera de estos dispositivos se puede acceder al contenido inapropiado.

Para limpiar el acceso desde el router, el experto da las claves de cómo instalar los filtros DNS y recomienda el uso del Family Link de Google en el momento en el que los padres deciden dar a su hijo acceso a internet desde un dispositivo personal que puede salir de casa. «Aunque no quitas 100% el riesgo es una herramienta muy útil que sirve para evitar que los niños acaben recurriendo a proveedores externos y accediendo a basura», destacan desde la FAPA Enric Valor.