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Fraternidad

Intrahistorias diacrónicas de lo que ha supuesto vivir dentro y fuera de Cuba: Como polvo en el viento de Leonardo Padura

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Fraternidad / JoséJoaquínMartínezEgido

José Joaquín Martínez Egido

Padura ha publicado una nueva novela en estos meses y, antes de leerla, me he recreado con la lectura de la última que leí de él, Como polvo en el viento (Tusquets, 2020). Con este autor uno sabe que siempre pasará unas cuantas horas de lectura estupenda. Y, además, sabiendo que nos habla de la diáspora cubana, es muy interesante su perspectiva al vivir él siempre en la isla. Leonardo Padura es un novelista que sabe contar los sentimientos más profundos de las personas en un hilo narrativo aparentemente cotidiano. Es el contar fácil, pero con una profundidad increíble en cada uno de los párrafos significativos. Y, claro, ni me defraudó en su momento, ni ahora, sabiendo sus personajes y contenidos, la he disfrutado si cabe más.

En esta magnífica novela de casi 700 páginas, el autor nos cuenta la vida del «clan», un grupo de amigos cubanos en La Habana de 1980: Clara y Darío; Irving y su novio Joel; Horacio, Bernardo, Elisa y Walter. Conoceremos sus vidas en la isla en ese «Periodo especial en tiempos de paz», eufemismo empleado para designar la falta de apoyo de la Unión Soviética en plena descomposición, y la diáspora de muchos de ellos a lo largo de los treinta años siguientes por multitud de espacios: Barcelona, Madrid, Florida, Puerto Rico, Nueva York… Todos ellos y toda su existencia como polvo en el viento, lema perteneciente a la canción de 1977 del grupo Kansas Dust in The Wind, que se convierte en el leitmotiv y conclusión de la historia: Dust in the wind, all they are is dust in the wind.

Leyendo esas vidas del Clan, me acordé de aquel taxista que «adoptamos» en La Habana, (que podría haber sido un miembro más de nuestro grupo) hace ya cuatro años, en un acto entrañable de la Academia cubana de la lengua, y que nos contaba que su mujer era ingeniero y él pediatra, pero que él había dejado su profesión porque con el taxi ganaba mucho más, o como él decía, «ganaba algo más de dinero». Así como de sus preguntas acerca de programas de televisión españoles que ellos veían allí mediante «El paquete»: un CD que llevaba grabados muchos programas y que cada semana se cambiaba mediante el abono a ese sistema clandestino de difusión. Anécdotas que bien podrían formar parte de la novela de Padura. Realidad pura que no todos estuvieron dispuestos a aguantar: «[…] y también se largaron de Cuba porque no resistían más vivir en un país que ni Dios sabe cuando se va a arreglar y de donde la gente se va hasta por las ventanas porque allá están empeñados en arreglar las cosas con las mismas soluciones que nunca funcionaron» (p.526); puesto que, yo mismo en mi estancia pude comprobar que: «[…] vivían en una ciudad al borde del colapso, en un país con un cuarto de sus construcciones en estado de agonía, muchas de ellas apuntaladas con muletas y horcones» (p.207). Y así fue, se caían delante de ti.

La novela está estructurada en diez capítulos en donde la maestría novelística de su autor se pone de manifiesto en el tratamiento del tiempo y en la construcción de los personajes. El tiempo no es lineal y con sus saltos va configurando el hilo narrativo y la creación de cada uno de los personajes. Tampoco adolece de ciertos aspectos folletinescos y del uso de la casualidad, ambos elementos otorgan a la novela ese punto de distancia literaria que tanto nos gusta y que distingue a la novela tradicional de la crónica, de tal forma que, durante todas sus páginas, nos emocionamos, nos enfadamos, comprendemos, justificamos y perdonamos.

Y ¿por qué deberíais de leer esta novela? Porque disfrutaréis con una lectura pausada y profunda, mezcla de acciones personales y de sentimientos, todos ellos muy reales, pero revestidos de una pátina de literariedad que los vuelven muy atractivos y tremendamente sentidos; que confluyen y desembocan en el concepto puro de Fraternidad, que es realmente el tema de la novela y que se convierte en el gran valor de la vida, que se convertirá en polvo en el viento.