Un total de 42 alumnos para 38 sillas. El cálculo es simple y la deducción rápida, no hay pupitres para todos y algunos estudiantes se ven obligados, literalmente, a sentarse en el suelo durante sus horas de clase. Esto ocurre desde el lunes en una de las aulas de Bachillerato del IES Mediterrània de Benidorm, que espera, desde el pasado mes de julio, recibir un pedido de mobiliario escolar sin tener noticias hasta la fecha, pese a que otros institutos de la localidad sí han recibido sus nuevos pupitres.

El centro los solicitó a la Conselleria a finales del curso pasado para poder aplicar el aumento de la ratio de alumnos por clase, ya que ha pasado de 36 a 42 de un plumazo, pero sin mesas ni sillas sobre las que sentarse. "Ayer llegué un poco tarde y cuando entré a clase dije: ¿Dónde me siento? Me tuve que pasar toda la mañana tomando apuntes en el suelo, ¡con un dolor de espalda!, o me tenía que sentar en la mesa de la compañera, ¡es indignante!", decía ayer uno de los alumnos afectados.

Los estudiantes de este aula de primero de Bachillerato de Humanidades no daban crédito a lo que está sucediendo: "No cabemos todos, la gente se tiene que sentar en el suelo", decían. Los profesores tampoco entendían muy bien cómo los ajustes han podido desembocar en este tipo de situaciones pues ayer parecía que eran varios los grupos en los que los alumnos no cabían. Unos alumnos en el patio buscaban aula en la que entrar y le preguntaban al profesorado a qué clase podían ir porque no encontraban pupitres suficientes en ninguna de las asignaturas optativas.

Desde la dirección del centro aseguraron que estos problemas son normales en el inicio del curso aunque sí matizaron que el problema del aula de Bachillerato se debe a la falta de mobiliario escolar para hacer frente al nuevo número de alumnos por clase. "Se pidieron 90 pupitres a la Conselleria en julio y todavía no han llegado", destacaron y explicaron que se ha intentado paliar esta falta de dotación "moviendo mesas de un sitio a otro".

Pese a los encajes de bolillos de la dirección, algunos alumnos se han encontrado en el suelo al volver a clase y aún así, han tenido suerte de poder volver porque, ayer, la Conselleria todavía no había dado solución a los 35 estudiantes de Bachillerato que siguen sin grupo asignado y sin poder empezar el curso en Benidorm.

"Lo de este inicio de curso es surrealista, es una falta de planificación que no se entiende", con estas palabras, resumía el caos del arranque escolar el concejal de Educación del municipio, Rubén Martínez, quien destacó además que "se veía venir". El edil aseguró que "ya se dijo que era necesario un grupo más de primero de Bachillerato de Humanidades porque el año pasado se tuvieron que meter en clase dos alumnos más por aula sobre la ratio establecida". También se solicitó un grupo más de 4º de la ESO y a día de hoy hay también 16 alumnos de Secundaria Obligatoria a la espera de centro ante el aumento de matrículas en septiembre. "En Benidorm, siempre se disparan las matriculaciones en septiembre y en épocas en que no hay trabajo en otras zonas se nota más, ya les dije que había estado estudiando los números y que no podían apurar tanto", explicó Martínez. Tanto han apurado que la ratio en Bachillerato es de hasta 43 alumnos en la ciudad, uno más de lo establecido.

Lágrimas de desesperación

A esto se suman, claro está, los 35 que siguen sin clase. Una madre no podía contener ayer las lágrimas de la desesperación porque su hijo, "sólo porque ha aprobado en septiembre en vez de en junio ya no tiene plaza" y de tenerla, no sabe si tendría que irse a otro instituto, lejos de sus compañeros y de su domicilio, "sólo por quedarle una para septiembre", insistía la madre.

La única solución viable y pedida en bloque por los directores de los IES, es crear un nuevo grupo. Pero no todo acaba ahí. El nuevo grupo se ubicaría en el IES L'Almadrava o el Bernat de Sarrià y algunos de los alumnos que hoy están sin plaza tienen preferencia para quedarse en el instituto en el que ya estaban estudiando sobre otros nuevos que han entrado, así que la incertidumbre es aún mayor. "Es una vergüenza", era la frase más repetida ayer.