Casi medio centenar de carrozas, cientos de festeros y miles de personas como espectadores participaron ayer en un multitudinario y colorido Desfile de Carrozas de las Fiestas Mayores Patronales de Benidorm. Un acto que se inició bajo un cielo raso y en el que la lluvia volvió a hacer acto de presencia. Personajes y decorados de fantasía tomaron la ciudad para repartir cientos de kilos de caramelos y llenar las calles de confetis y serpentinas.

El sol salió para despedir las Fiestas de Benidorm. Por la mañana, los niños disfrutaron del parque infantil en la plaza del Ayuntamiento, donde también se celebró la tradicional Festa de les Festes, en la que este año participaron 12 entidades festeras, que compartieron una "picaeta" con la Comisión de Fiestas. La última mascletà también sonó a mediodía y, tras las carrozas, al cierre de esta edición estaba previsto disparar el Castillo de Fuegos que despide los actos patronales.