Como una deuda más a un colectivo más que no requiere por ello prioridad a la hora de establecer una previsión de pagos. Es la única explicación que dan los centros de acogida de menores de Altea y Relleu al silencio que mantiene la Consellería de Bienestar Social sobre la deuda que mantiene con ellos y que dejará los centros a oscuras en todos los sentidos. No solo se trata de las nóminas de sus cuidadores, sin los cuales los menores quedarían en situación de desprotección, es que al deber más de dos millones de euros los centros no pueden hacer frente a los gastos corrientes de agua, luz, comida y otras necesidades básicas.

La situación la denunciaron ayer de nuevo los trabajadores, quienes se sienten con las manos atadas a la hora de emprender acciones para que su demanda se escuche entre las demás. Y es que, en su situación, no hay muchas opciones. Los menores no pueden salir en los medios de comunicación, los trabajadores no pueden ausentarse dentro del horario laboral pues les dejarían desatendidos. Tampoco pueden dejar de asistir a su puesto más de tres días o negarse a realizar los informes para Fiscalía de Menores aunque no les paguen puesto que sería motivo de despido. Por ello, anuncian que durante la próxima semana, de 10 a 13 horas, una representación de ellos se concentrará ante el Ayuntamiento de Altea y el viernes 31 harán una simulación del entierro del Sistema de Atención de los Menores en la Comunidad Valenciana.