Ya ha pasado cerca de un mes desde que el Ayuntamiento de La Vila Joiosa adjudicó seis chiringuitos y, por el momento, sólo hay dos que se encuentran funcionando. Curiosamente, los cuatro restantes pertenecen al mismo empresario, Gonzalo Ávila Boendermarker, que consiguió cinco de las seis licitaciones aunque, finalmente, según confirmaron fuentes municipales a este diario, ha renunciado a uno de ellos. Exactamente al de la playa El Torres, que ha pasado a manos de la empresa que quedó en segundo lugar en el proceso de adjudicación, que al parecer era la que lo gestionó el año pasado.
Por lo tanto, las dos sociedades con las que se presentó Ávila Boendermarker (Plavavi y Plasenvi) se han quedado con Racó de Conill, Bol Nou, Paraíso Centro y Puntes del Moro. Ninguno de ellos, por el momento, están abiertos. Los quioscos-merenderos de El Torres y Paraíso Derecha (éste último que consiguió otro licitador), ya están funcionando.
La concejala de Comercio de La Vila, Xaro Escrig, asegura que no existe ningún punto en el pliego que obligue a los adjudicatarios a abrir en un momento determinado. «Simplemente se especifica cuándo pueden comenzar y finalizar su actividad. Una vez adjudicados, tienen que pasar por una serie de trámites que son presentar una serie de documentación, conseguir una autorización una vez que la revisen los técnicos y solicitar una declaración responsable. Cuando se llevan a cabo todas estas gestiones, el Ayuntamiento realiza un replanteo. Es decir, los técnicos revisan que todo está en orden. En ese último punto se encuentran todos los chiringuitos de Gonzalo Ávila Boendermarker», argumenta la edil.
Recordar que este empresario reconoció a este diario que él sólo quería dos chiringuitos pero finalmente consiguió cinco. También cabe rememorar que algunas sociedades que se presentaron a este concurso pusieron en entredicho la regularidad de este proceso de adjudicación. Una de ellas, de hecho, aseguró que presentaría un recurso administrativo contra una de las adjudicaciones.
