La Vila Joiosa vibró en el tercer día de sus Moros y Cristianos. Tras el desfile de las tropas musulmanas del viernes, liderado por el rey de los Mercaders, tocaba ayer tomar la plaza a los de la Cruz al mando de una de las compañías con más arraigo en las fiestas: Marinos, cuya fundación se remonta a 1870.

Como la víspera, la Entrada Cristiana arrancó precedida por dos corceles, la percusión de «les Talaies» y la abanderada de la Asociación Santa Marta, organizadora de los festejos.

Tras ellos, se escuchaba el pasodoble «Xàbia» dando el paso a varios caballos de doma que anunciaban la llegada de los aguerridos Caçadors, con su capitán Antonio Blázquez.

Tras ellos, los elegantes Voluntaris se abrían paso con una carroza con los veteranos de la compañía, que cumple 50 años desde su fundación. Con ellos, su capitán, Tomàs Sirvent, y la banda Ateneo Musical de La Vila y la banda Societat Musical La Nova de Benidorm.

Los Pescadors avanzaron después con sus remos al hombro lanzando redes al mar. Con ellos, la primera capitana cristiana del desfile, Joana Llorca, con la marcha dedicada a la compañía, «Pescadors de La Vila», de Jaime F. Ripoll, interpretada por las bandas de Gandía y la banda Jove d'Altea.

Los de la cuatribarrada, los Catalans, demostraron después su grandeza avanzando filaes, carroza infantil, estandarte y escuadras, y el capitán a caballo, Antonio Sellés.

La artillería Cristiana llegó cargando un pesado cañón y con su capitana, Loli Llorca, sobre una carroza en la que le acompañaba su guardia personal.

A ella la siguió otra capitana, Analía Lloret, de Contrabanistes, compañía que lució en el desfile con seis bandas marcándole el paso.

Impresionante fue la entrada de los Piratas Corsarios quienes cuidaron su puesta en escena con aterradores maquillajes y calaveras. A su capitana, Begoña Fernández, la arropaba un espectáculo de lucha.

Tras los mercenarios del mar, Destralers, también marchando a ritmo de batukada, y con su capitán, Fran Tonda, liderando el contingente a hombros de un ariete gigante.

La percusión cambió después por las dulzainas con las que llegaría, escoltada por varios corceles, la capitana de Llauradors, Ángela Seva. Los labradores se despedirían con la mítica marcha «Pas als maseros», de José María Valls Satorres.

Los Almogàvers cerraron las tropas previas al boato del rey. Con su capitán, Juan Antonio López, los más pequeños de la fiesta, varias filaes y escoltas y la banda Primitiva de Palomar tocando «Creu Daurà» y «El Cid».

Els Marinos, los vigilantes de la costa vilera, aquellos que darán la alarma al pueblo de La Vila ante el Desembarco que preparan los de la Media Luna, cerraron la Entrada al mando del rey cristiano 2014, José Baidal. Su boato fue espectacular, impresionando con él a todo su pueblo al narrar con su escenificación la historia que rememora año tras año las fiestas de Moros y Cristianos de La Vila Joiosa. El boato arrancó con un grupo de carabelas, seguidas de las casas de colores de La Vila emulando tabernas desde las que iban sirviendo mistela al público. No faltó el torreón de la iglesia fortaleza cuya campana daría la alarma ante la amenaza musulmana.

Los Marinos rindieron así homenaje a las señas de identidad de La Vila, con un final apoteósico en el que su rey se presentó sobre una carroza con forma del casco antiguo de la localidad.

En el desfile del bando cristiano colaboraron todas las compañías festeras, tanto moras como cristianas, además de personas del pueblo que, sin salir en las fiestas, se implicaron participando del mismo.

La compañía Marinos representa a los marinos vileros que se echaron al mar para combatir contra los moros y evitar su llegada a tierra.

Por otra parte, cabe destacar que durante la mañana, y por segundo año consecutivo, se animó a las compañías moras y cristianas a realizar un pasacalles por los distintos cuarteles y compañías, un acto que se implantó por primera vez el año pasado tras realizarse anteriormente de manera espontánea.