El descenso de la ocupación hotelera en Benidorm se refleja también en el resto de destinos de la Costa Blanca

La caída de la ocupación hotelera que registraron los alojamientos de Benidorm durante el pasado julio, que alcanzó su pico máximo al cierre del mes con un descenso de un 2,3% comparado con el mismo periodo del año anterior, se ha visto reflejado también en el resto de destinos de la Costa Blanca. Así, las principales ciudades turísticas de la provincia registraron una bajada media de un punto durante el arranque de la temporada alta, como apuntaron ayer desde la patronal hotelera Hosbec.

En concreto, la ocupación hotelera media de la Costa Blanca durante el pasado mes de julio fue de un 86,2% lo que supone la pérdida de un 1% respecto a julio de 2016. Un dato que pone de manifiesto que, al igual que ya sucediera en la capital turística de la provincia, el auge de los apartamentos sumergidos así como el aumento de las tarifas de los alojamientos han terminado por pasar factura este verano a la planta hotelera de la provincia.

Hay que tener en cuenta que por poblaciones, la ocupación más elevada se ha registrado en Altea, con un 94,33%, seguida muy de cerca por Finestrat, que ha logrado un 93,60% de ocupación. Ambos municipios superan hasta en ocho puntos la media anotada en el conjunto de la provincia. No obstante, hay que tener en cuenta que el número de plazas hoteleras también influye en estos resultados. En el conjunto de la Costa Blanca, a diferencia de en Benidorm, la importancia del mercado internacional se invierte para dar un mayor protagonismo a los turistas españoles. Así, los visitantes nacionales representan el 67% del total frente al el 33 % restante, conformado por viajeros extranjeros.

Alojamientos en auge

Cabe destacar que los campings de Benidorm han sido los únicos en remontar y obtener unos mejores resultados que el año anterior a diferencia del resto de alojamientos como hoteles o pisos turísticos reglados. Así, durante el pasado mes de julio registraron una ocupación media del 87,3%, lo que supone crecer 6 puntos respecto a 2016.

Este crecimiento en el sector del camping viene determinado por el turismo extranjero, ya que sólo el 11% de los turistas alojados en campings son españoles. Así lo destacaron desde la patronal hotelera, que preside Toni Mayor.

Cabe destacar que los británicos, con casi un 77%, son los reyes de los campings de Benidorm, mientras que los holandeses suman un 6% de este tipo de pernoctaciones y los franceses representan un 2,5%, seguidos de cerca por los belgas, con un 2,3%. Los campings viven su mejor momento, aunque llevan años ganando adeptos, como reflejan las encuestas de los últimos veranos.

En cambios, los apartamentos reglados de Benidorm sí que han sufrido las consecuencias de la desbocada explosión de las plataformas de pisos para usos turístico. Estos alojamientos registraron una ocupación del 86,9% el pasado mes de julio, perdiendo un punto respecto al año anterior. En los pisos, el mercado internacional sigue siendo también el mayoritario. Solo uno de cada cuatro clientes que se alojan en apartamentos reglados es español, que es el que más está migrando a la economía sumergida.